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La Summa de Antonino (Joyas de la Biblioteca Antigua del Colegio Mayor del Rosario, parte VIII).

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Antonio Pierozzi, florentino de unos 15 años, ingresó en 1405 a la orden dominicana, en el monasterio de Fiesole, de estricta observancia, siendo su primer candidato. Lo acompañaron al noviciado Fra Angelico y Fra Bartolommeo, que habían de ser grandes artistas. Prior del convento de San Marcos de esa ciudad, fue elevado a la sede arzobispal el 13 de marzo de 1446. Por su decidida acción para atender la plaga de 1448 y el terremoto de 1453, se ganó la estimación de sus feligreses, quienes comenzaron a llamarlo por el diminutivo. Enterado de su muerte, el papa Pío II presidió sus funerales.
La Anunciación, retablo que Fra Angelico ejecutó para el convento de Santo Domingo en Fiesole.
La Anunciación, retablo que Fra Angelico ejecutó para el convento de Santo Domingo en Fiesole.
El 31 de mayo de 1523 fue canonizado por el papa Adriano VI.
Es reconocido por  sus obras de Teología moral (Summa moralis theologiae) y de Historia (Opus chronicorum) y pasó a la historia con el nombre de su sede arzobispal: Antonino de Florencia. Comentaremos la primera de ellas.

Antonino, el teólogo.

Título: Esta obra, conocida como la Suma de Teología moral, se titula en forma más escueta y resumida en los tomos conservados: [Primus], Secundus, Tertius, Qvartus tomus Summe  Antonini Archiepiscopi florentini Ordinis Predicatorum [Tomo Primero, segundo, tercero y cuarto de la Summa de Antonino, Arzobispo de Florencia, de la Orden de Predicadores].
La obra está distribuida en cuatro tomos. En esta Biblioteca Antigua falta el tomo I y se encuentran dos ejemplares del tomo II. Se trata, pues, de una obra incompleta.
Datos de la impresión: Por los datos consignados en portadas y colofones se sabe que se trata de una obra impresa en Lion, por Jacobo Marechal, en 1529.

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Presentación actual: Se conservan dos ejemplares del tomo II; con una peculiaridad: ambos textos son idénticos, pero sus portadas tienen rasgos diferentes. En uno de ellos (V. 2 Ej.1) no se encuentra la marca del impresor y sí unos números de gran tamaño que dicen MDXXX.

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Los tomos conservados tienen la misma encuadernación flexible en pergamino y están impresos en forma idéntica.  El tomo III no conserva las primeras páginas (incluida la portada) y carece de otras al final. El tomo IV tiene rota la tapa delantera y, en consecuencia, muestra deterioro en las primeras hojas del libro. Este tomo ha sido sometido a tratamiento de desinfección. Todos los tomos muestran señales de decoración de color (roja o azul) en los cortes. Algunas anotaciones y glosas marginales. Indicios de antiguas humedades.
Contenido: Tomo II: Sobre  los siete vicios capitales. La simonía y la usura. Las restituciones, desde la perspectiva cristiana. Mentira. Juramento y perjurio. El vínculo por medio de votos; su transgresión. La infidelidad. Tomo III: El estado conyugal. El estado de continencia. Los señores temporales. Sobre diferentes estados y profesiones (militares, abogados, médicos, etc.). Las Iglesias. Los clérigos. Los siete sacramentos. Los beneficiados. Los religiosos. Los prelados. Los obispos. Los cardenales. El sumo pontífice. La excomunión, el entredicho y la suspensión.
Prólogo de la tercera parte.

Prólogo de la tercera parte. Nótese la variación del genitivo “sancte ac indiuiduae trinitatis“; así como “Summae“, frente a “Summe” de las portadas.

Tomo IV: Las virtudes en general. Las cuatro virtudes cardinales. Las tres virtudes teologales. La gracia gratis data. Los dones del Espíritu Santo.  Misterios de la Vida de Jesús Salvador y de María.
Características: El libro muestra las siguientes características que complementan y ratifican su clasificación como incunable: 1) Portada interesante,  con orla decorativa. En este caso es de subrayar la marca del impresor: un águila sostiene una corona de laurel en cuyo centro se ven símbolos de la forja de metales. En la parte inferior, con el signo de los impresores, las iniciales I  M (de Iacobus Marechal).
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2) Texto impreso en dos columnas muy densas (78 líneas), con caracteres romanos, sobre papel de poca calidad. 3) Multiplicación de  abreviaturas y de signos convencionales. 4) Libro foliado. La foliación se marca con caracteres arábigos. 5) Apostillas marginales impresas. 6) Algunas mayúsculas capitales pequeñas, de escasa calidad.
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7) Presenta diversas modalidades de colofón. Dice al final del tomo II: “Secunda pars Summae divi Antonini Archipraesulis Floren. praeclarissimi: Lugduni per honestum virum Iacobum Mareschal: Impensis eius  & Vincentii de Portonariis, accuratissime nitidissimeque elaborata finit foeliciter [Termina felizmente la Segunda Parte de la Summa del ilustre San Antonino, Arzobispo de Florencia, realizada en Lion, con gran cuidado y claridad, por el respetable señor Jacobo Mareschal, a expensas suyas  y de Vicente de Portonaris].
Colofón y registro.

Colofón y registro.

Después de enumerar las cualidades de esta obra, el editor añade: “Excussum est insigne hoc opus Lugduni opera & impensis honesti viri Iacobi Mareschal chalcographi de re litteraria quam optime meriti: et impensis Vincentii de Portonaris: necnon impensis Melchior et Gaspar Treschel, fratrum bibliopolarum Lugduni. Anno dni. Millessimo quingentesimo vigesimonono: die vero XII mensis Februarii” [Se concluyó esta importante obra en Lion, por el trabajo muy meritorio y a expensas del respetado señor Jacobo Mareschal, grabador de letras para imprenta, y también a costa de Vicente de Portonaris y de Melchor y  Gaspar Treschel, hermanos libreros de Lion. En el año del Señor, el día 12 de febrero de 1529]. A pesar de lo que puede sugerir la apariencia de este libro, la edición por parte de los hermanos Treschel vincula esta obra con las primeras imprentas de Lion. El padre de los Treschel es quien lleva a Jodoco Badio a París; Melchor y Gaspar Treschel son sus cuñados.

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Esbozo biográfico del autor, copia del epitafio, colofón y registro (aquí regestum).

8) Signaturas. 9) Registro final de cuadernillos. 10) Marca del impresor en la última página de cada volumen; marca que se repite en las portadas.
Nótense las abreviaturas para "virgo" y coelorum.

Nótense las abreviaturas marginales para “virgo” y “caelorum“.

Anuncio de un terremoto.

En las guardas de uno de los volúmenes, encontramos registro de un terremoto. De dicho sismo no hemos hallado otra mención. Lo más cercano es la alusión al enigmático ruido oído en Santafé el 9 de marzo de 1687.
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El año es 82, el día diecinueve de marzo.

 

¿Caricatura o simple garabato?

¿Caricatura o simple garabato?

Jaime Restrepo Z., Elkin Saboyá R.,

Archivo Histórico.



Aprendiendo latín, recuerdos.

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Don Jaime Restrepo, parte fundamental del Archivo Histórico, recuerda sus días de latín:

 


Proverbios por millares. Joyas de la Biblioteca del Colegio del Rosario.

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La plaga que, hacia 1483, azotó la ciudad de Deventer (Holanda), marcó a Erasmo de dos maneras: se llevó a su madre, a tiempo que dio fin a la educación que allí estaba recibiendo. Del currículo cabe señalar que allí, por primera vez, se enseñaba griego en un nivel inferior al universitario. Así pues, Erasmo conoció las lenguas clásicas en sus días de colegio.
Deventer, 1550.

Deventer, ca. 1550.

Por lo demás, esos años debieron de ser bien difíciles, como que Erasmo, acosado por la pobreza, se decide a tomar la vida consagrada, por la época en que se descubría el Nuevo Mundo. A poco de su ordenación, y debido a su pericia en el latín, gana el puesto de secretario del obispo de Cambrai, Enrique de Bergen. Con su permiso, ingresa a la Universidad de París en 1495. Hacia el fin de siglo, lo tenemos ya en la Universidad de Cambridge, y en relación con los más destacados intelectuales del país. Así viene a ser catedrático de Griego, lengua que conocía por su interés en las Sagradas Escrituras.
La Biblioteca del Queen's College.

La Biblioteca del Queen’s College, donde existen ediciones príncipe de Erasmo. El humanista se quejaba del clima y cerveza locales, pues sufría del mal de piedra y no conseguía allí buen vino, el específico de dicha dolencia (Foto: Facebook).

Por 1506 lo tenemos en Italia como Doctor en Teología y, a un mismo tiempo, humilde corrector de pruebas de Manucio. Hacia 1517 está en Lovaina, donde ayuda a fundar un Collegium trilingue, a la manera del que existía en Alcalá. Sin embargo, el ambiente ideológico es adverso, por lo cual marcha a Basilea. Allí es centro de un cenáculo intelectual, donde se conoce con el editor Juan Froben.

Una colección de proverbios.

La obra de Erasmo puede dividirse en dos: de tema divino y de tema profano. Al último grupo pertenece la obra que ahora nos ocupa: los Adagios. Veamos de qué se trata todo esto: παροιμία significa “proverbio”, “máxima” o “adagio”; esta última el DRAE define así: sentencia breve, comúnmente recibida, y, la mayoría de las veces, moral. La voz “refrán” hacía referencia a algo que se repite, a manera de estribillo.

La obra.

El autor divide su obra en millares (chilias, χιλιάςComo su nombre indica, cada centuria desarrolla cien proverbios. En este tomo se encuentra desde el Millar 1 y la Centuria 1 hasta el Millar 5 y la Centuria 2. Este libro comenzó siendo una recopilación de aforismos latinos, tomados de los clásicos griegos y latinos, y acabó siendo una enorme recopilación de dichos, adagios y proverbios, que el autor comenta y explica con un objetivo: servir de ejemplo de buena escritura y redacción en latín.

Descripción.

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Título: Adagiorum opus (…)ex postrema autoris recognitione. Accesit huic editioni Index nouus, Lectori quaecumque notatu digna in hoc opera tractantur commonstrans [Obra de los adagios. A partir de la última revisión del autor. Se incluye en esta edición un nuevo Índice que muestra todos los temas destacados que se tratan en esta obra].
Lugduni, apud Sebastianum Gryphium (Lion, en la Imprenta de Sebastián Grifo), MDLVI.
Sello de Grifio.

Sello de Grifio. De Pedro Asselino sabemos que imprimió, junto con Matthieu Vivian, en 1490, un Manipulus curatorum; luego difícilmente podría ser el mismo.

Otros detalles físicos: Encuadernación rígida de lujo: cartón duro, forrado en piel (algo deteriorada). Lomo con nervaduras sobre costuras; motivos decorativos en dorado. En ambas tapas, líneas en los bordes y rombo decorativo en el centro, con el grifo del impresor-editor. Guardas. Cortes pintados con dorado. Portada impresa en una sola tinta. Marca tipográfica del editor-impresor (Francisco Grifo): Virtute duce comite fortuna. Dedicatoria. Texto impreso en dos columnas, con diversos tipos y tamaños de letra. Papel de primera calidad, con líneas (trazadas, no impresas) que dividen y enmarcan las columnas del texto. Impresión óptima (claridad, nitidez, diversidad de tipos: incluso griegos). Mayúsculas capitales. Signaturas y reclamos. Colofón y marca tipográfica en último folio impreso.
Deterioro en piel de lomo y tapas. Guarda delantera desprendida. Deterioro por perforaciones de insectos. En hoja de guarda, varias inscripciones.
Hay referencia de Raoul de Vigneral de Canteloup, consejero en 1668, y de su hijo Guillaume de Vigneral de Sevray, consejero en 1702. Pero el ex libris figura ya en una edición alemana de Dionisio de Halicarnaso de 1586.

Ex libris de la familia Vigneral. Hay referencia de Raúl de Vigneral de Canteloup, consejero en 1668, y de su hijo Guillermo de Vigneral de Sevray, consejero en 1702. Pero el ex libris figura ya en una edición alemana de Dionisio de Halicarnaso de 1586. Es decir: luego de nuestra “exquisita búsqueda” (frase de Otero D’Costa), el Erasmo de esta biblioteca tiene dicho ex libris por primera vez.

Hermoso ex libris, pegado a la pasta delantera: en la base del escudo, un lema en francés dice: “Del Señor de Vigneral, consejero del Rey en su Parlamento de Ruan.
El grifo del impresor.

El grifo del impresor.

Algo del contenido.

Obra extensísima, nos limitamos a dar una muestrica, como excitación a su consulta:
Carta a los filólogos.

Prólogo a los filólogos (clasicista es anglicismo reciente). Declara Erasmo que lo movió la utilidad de la obra: no solo corregir ediciones clásicas, sino también “quitar del medio las asperezas del estilo” con que tropezaban los hirsutos literatos.

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Un dicho acomodado a cierto tiempo o lugar, la más simple definición de paremia o proverbio. Nótense las líneas que enmarcan las columnas.

Todo lo de los amigos es común, en latín y griego.

Todo lo de los amigos es común, en latín y griego.

 

Erasmo en Colombia.

Copiamos a continuación un soneto del poeta Guillermo Valencia al insigne humanista:

 

A Erasmo de Rótterdam
«Pintó Hans Holbein», dice la envejecida tela 
que a cierta ciudad muerta me fuí a buscar un día, 
por ver ¡oh padre Erasmo! la búdica ironía, 
que de tu boca fluye, que tu desdén revela.
 
Si tú del polvo alzaste la derribada Escuela 
por que a regir tornase la helénica armonía, 
¿cómo en la mustia boca de la melancolía 
tus labios aprendieron ese reír que hiela?
 
Enfermo que en mí fijas tus ojos de fantasma:
el frío de tu estéril desilusión me pasma;
atas mi ser y domas, ascética figura,
que vas entre los mártires de mi martirologio,
y vuela con tu nombre la voz de mi eucologio,
¡oh cuerdo que tu elogio le diste a la Locura!

 

JFFQ: una travesura pictórica de Juan Francisco Franco Quijano, a quien ya presentamos en este blog.

JFFQ: una travesura pictórica de Juan Francisco Franco Quijano, a quien ya presentamos en este blog.

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Jaime Restrepo Z., Elkin Saboyá R.

Archivo Histórico

 

 


Comentarios de Tomás de Vío a Santo Tomás. Joyas de la Biblioteca Antigua.

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Un religioso en el mundo.

Tommaso de Vio (Thomas Cajetanus o Gaetanus) Tomás Cayetano o Tomás de Vio (1469-1534). Entró en la Orden dominicana antes de los dieciséis años. Bachiller en Teología en 1492, pronto se encargó de la cátedra de Metafísica en la Universidad de Padua, ocasión que le sirvió para empaparse en todas las novedades del Humanismo. Se estrenó como polemista con el opúsculo De ente et essentia, y luego salió triunfal del Capítulo de la Orden en 1494, luego de batirse con oponentes de la talla de Pico della Mirandola. Se le hizo maestro de Sagrada Teología, encargado de explicar la Summa. Cambiando de siglo, lo tenemos sirviendo las cátedras de Filosofía y Exégesis en la Sapienza. A un mismo tiempo, ha ido ascendiendo en su comunidad, la cual lo exalta sucesivamente al vicariato y al generalato. Era tal su aplicación, que se decía que consideraba pecado grave que uno de sus hermanos no dedicara, al menos, unas cuatro horas diarias al estudio.
Edición de 1579, Lion, de unos Cometarios, con el opúsculo de ente et essentia.

Edición de 1579, Lion, de unos Cometarios, con el opúsculo De ente et essentia.

 

Entre sus actuaciones diplomáticas, vale recordar que colaboró con Fernando de España suministrándole los primeros misioneros que vendrían a convertir a los naturales de América.
Otra de sus graves misiones, durante su paso por Alemania en 1518, fue conferenciar con Lutero. Sobre su actuación en dicha coyuntura hay dos partidos: quienes lo culpan de no haber evitado la defección del orgulloso monje, y quienes lo exoneran.
Encuentro de Lutero y Tomás de Vío.

Encuentro de Lutero y Tomás de Vío, ya como cardenal Cayetano. Poco después habría de redactar la excomunión de aquel.

Otro proceso famoso en que participó fue el de la demanda de divorcio interpuesta por Enrique VIII.

Vío, el comentarista.

Pasamos a describir el ejemplar de Vío existente en la bilioteca.

Título: “Prima pars summe sacre theologie sanctissimi doctoris Thome Aquinatis ordinis predicator. Cum commentariis” [Primera parte de la Suma Teológica del santísimo Doctor Tomás de Aquino, de la Orden de Predicadores. Con comentarios].

Autor: El autor comentado es el dominico Santo Tomás de Aquino, en una de sus obras capitales: la Suma Teológica. El comentarista es otro dominico, fray Tomás de Vío. Por su lugar de origen, Gaeta, su nombre se complementó latinizado: Gaetanus (que se castellanizó Cayetano). Citado frecuentemente por su iglesia titular como Cardenal de San Sixto.

Datos de la impresión: Los datos que aquí se registran están tomados del colofón (folio 457), cuyo texto completo se traducirá más adelante. En él se afirma que se imprimió en Venecia, a costa de los herederos de Octaviano Scot, natural de Módena, en mayo del año 1508.

Colofón.

Colofón.

Inmediatamente a continuación, hay una interesante nota que alude a los privilegios del editor-impresor y a lo que puede suceder a quien lo imprima sin permiso. Importante documento sobre la historia de los derechos editoriales: “Adverte lector. Impressor sive bibliopola: quod lege serenissimi atque excelsi dominii ex speciali privilegio cautum est ac definitum: ne cuiquam liceat hanc prime partis expositionem imprimere: nec imprimi facere: nec alibi impressas vendere in hac urbe: nec in aliquibus terris vel locis eiusdem serenissimi dominii. Sub pena ut in gratia continetur: que notata est in officio dominorum Advocatorum” [Ten en cuenta, lector, impresor o librero: que por ley del Serenísimo y Supremo gobierno se ha previsto y definido que a nadie le está permitido imprimir la explicación de esta Parte Primera; o mandarla imprimir; o venderla en esta ciudad o en cualquier otro territorio de esta Serenísima autoridad, si se imprimió en otra parte. Bajo la pena contenida en el permiso, registrado en la oficina de los señores abogados].

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Advertencia a compradores o comercializadores.

Presentación actual: La encuadernación actual  no es la original. Faltan las primeras páginas (incluida la portada). El texto conservado comienza en el folio 9. Hermosa impresión, de aspecto marcadamente antiguo en la cual el texto de la Summa Theologica se imprime en las dos columnas centrales, mientras que el comentario (en dos y cuatro columnas) le sirve de marco. En su parte posterior, la obra está completa. Debe anotarse que en la actual encuadernación,  pusieron al tejuelo del lomo un nombre que no corresponde con el contenido. Lo marcaron: “Didacus Sarmiento. Index Expurgatorius Hispanus” [Diego Sarmiento. Índice expurgatorio español]. Muchas anotaciones marginales y subrayados, de notoria antigüedad; son de destacar, por su abundancia los folios 79 (Verso) y 80 (Recto y Verso). El folio 18 está completamente desprendido.

Disposición del texto y los comentarios.

Disposición del texto y los comentarios.

Contenido: En este volumen se encuentran los Comentarios a la Parte Primera de la Suma Teológica de Santo Tomás de Aquino. En  dicha primera parte se tratan, al comienzo,  temas introductorios a la Teología. El grueso del texto lo conforman temas de Teología dogmática católica, relacionados con los antiguos Tratados sobre Dios Uno,  sobre la Trinidad, sobre la creación del mundo y del hombre. En su compendio y síntesis (Summa) de la Teología, Santo Tomás recoge los argumentos de la Sagrada Escrituras, de la tradición de la Iglesia, los explica y complementa, rebatiendo las tesis contrarias, provenientes de diversos autores. La obra se estructura en Cuestiones y Artículos. La primera Parte va de la Cuestión I a la Cuestión CXIX: TRATADO SOBRE DIOS: Si Dios existe. Simplicidad de Dios. Perfección de Dios. Bondad de Dios. Infinitud e inmutabilidad de Dios. Conocimiento y visión de Dios. La ciencia de Dios. El amor de Dios. Justicia, misericordia y providencia de Dios… TRATADO SOBRE LA TRINIDAD: Origen De las personas divinas (procesión). Relaciones divinas. Las divinas personas: pluralidad. Esencia de las tres personas. Propiedades de cada una de las personas. Misión de las personas divinas… TRATADO SOBRE LA CREACIÓN: Causa primera de todos los seres. La creación del mundo y del hombre. La causa del mal. Sobre los ángeles: sustancia, movimiento local, poder de conocimiento…

Profusas notas, que bien hubieran valido un volumen suelto.

Profusas notas, que bien hubieran valido un volumen suelto.

Características: El libro muestra las siguientes características que complementan su clasificación como incunable: 1) Texto impreso en dos, tres y cuatro columnas, con caracteres góticos, de dos tamaños, sobre papel de muy buena calidad. El texto de Santo Tomás ocupa las columnas del centro (con caracteres más grandes); los comentarios de Tomás de Vío le sirven de marco. Ambos textos son densos y con poca diferenciación entre párrafos. 2) Muestra al final (folio 451 verso) un elemento, a modo de colofón, que incorpora información sobre un aspecto nuevo: el corrector del texto de Santo Tomás: “Excellentissimi sacre theologie doctoris sancti Thome de Aquino ordinis praedicatorum prima pars hic finem habuit feliciter. Correcta per eximium doctorem magistrum Augustinum de Nale raguseum eiusdem ordinis regentem studii conventus sanctorum Joannis et Pauli Venetiarum” [Aquí termina felizmente la Parte Primera del excelso Doctor en sagrada Teología Santo Tomás de Aquino, de la Orden de Predicadores. Fue corregida por el famoso doctor, el Maestro Augusto de…, natural de Ragusa, de esa misma Orden, director de estudios del Convento de San Juan y San Pablo, de la ciudad de Venecia].

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Fray Agostino di Nale Raugeo (alias Augustinus Natalis), obispo de Mercana, muerto en 1527. Regente en colegios de su orden, cuando Cayetano supo de su exaltación al obispado, le ofreció una mayor renta (cien ducados y una mula contra sesenta escudos) con tal que siguiera enseñando Sagrada Teología. Mas Agostino ya se había comprometido con el Senado.

 

3) Colofón, propiamente dicho (folio 457 recto), redactado con elementos de las formas tradicionales: “Prima pars summe sacre theologie sanctissimi doctoris Thome Aquinatis ordinis predicatorum cum comentariis preclarissimis reverendissimi patris ac clarissimi artium et sacre theologie doctoris magistri Thome de Vio Gaietani totius ordinis praedicatorum generalis Vicarii summa cum diligentia et studiositate per presbyterum Bonetum de Locatellis Bergomensis mandato et sumptibus heredum quondam domini Octauiani Scoti civis ac patritium Modoetiensis: Venerabili patre fratre Alberto de Castello Veneto solicitante Venetus impressa. Anno Domini MCCCCCVIII… feliciter explicit. Laus Deo” [Concluye aquí felizmente la Parte Primera de la Summa de Sagrada Teología del santísimo Dr. Santo Tomás de Aquino, de la Orden de Predicadores; con los brillantes Comentarios del Rvdo. Padre, Doctor y Maestro en Artes y Teología, Tomás de Vío, natural de Gaeta, Vicario General de toda la Orden de Predicadores. Con gran cuidado y dedicación y por orden del presbítero Boneto Locatelli, de Bérgamo, se imprimió en Venecia a expensas de los herederos de quien fuera Octaviano Scot, ciudadano y patricio de Módena y a solicitud del venerable padre fray Alberto de Castello Véneto. En el año del Señor de 1508. Gloria a Dios]. 4) Abundancia de abreviaturas y signos convencionales.

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La abreviatura de secundum, sin vocales, hace pensar en el sistema hebreo de escritura.

5) Libro foliado; marcado con números arábigos. 6) Signaturas. 7) Grandes secciones del texto sin ninguna separación (65 líneas de mancha impresa). 8) Márgenes amplios. 9) Registro final de cuadernillos, transcribiendo las palabras iniciales de los folios rectos de cada quaterno. 10) Marca del impresor: grabado xilográfico, de aspecto muy antiguo y primitivo, con las iniciales O S M, que, sin duda alguna, corresponden a Octaviano Scot, ciudadano de Módena.

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Subrayados o reclamos de un atento lector.

Subrayados o reclamos de un atento lector.

Puede tratarse de Dionisio Villamizar, pasante de Filosofía en 1752, y en el 58 catedrático de Teología Moral. Aunque también podría ser Santiago Burgos Villamizar, catedrático de Prima, quien usaba a Santo Tomás.

Puede tratarse de Dionisio Villamizar, pasante de Filosofía en 1752, y en el 58 catedrático de Teología Moral. Aunque también podría ser Santiago Burgos Villamizar, catedrático de Prima, quien usaba a Santo Tomás.

 

Jaime Restrepo Z., Elkin Saboyá R.,

Archivo Histórico. 


loquerisne Latine? (Bibliografía para que viva el latín)

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Una lengua de piedra.

Venimos oyendo, desde que nos topamos con el latín, que la lengua clásica de los romanos es una lengua muerta. Ello por el simple hecho de que no hay hablantes nativos de latín, o que nadie la usa para comunicarse. Hasta ahí la doctrina escolar sobre el punto.
La idea que todos tenemos del latín: una lengua a propósito para las inscripciones, una lengua lapidaria.

La idea que todos tenemos del latín: una lengua a propósito para las inscripciones, una lengua lapidaria.

Mas luego se entera el curioso de que la Iglesia usó el latín como lengua oficial hasta no hace mucho, y que los laicos se sirvieron de él como lengua de divulgación universal hasta bien entrado el siglo XIX, por lo menos. Pero el hecho de que constatemos esas dos realidades juntas no quiere decir que sean una misma cosa. La Iglesia sí que mantuvo el latín como lengua natural, prescribiendo su uso en las aulas y fuera de ellas, así como en exámenes y toda clase de disertaciones para obtener títulos académicos. Los laicos, en cambio, se sirvieron de la lengua del Lacio para alcanzar un vasto público ilustrado, en cualquier parte del globo y sin importar la lengua materna de los lectores. Es decir: una lengua puramente científica o literaria.
Puntos de un examen en el Pontificio Instituto Bíblico de Roma. Hoy enseñan en inglés.

Puntos de un examen en el Pontificio Instituto Bíblico de Roma. Hoy enseñan en inglés.

Mas hubo quienes no vieron que ello tuviera que ser forzosamente así: entendieron la limitación de quedarse en la lectura y escritura de un idioma, prescindiendo de su realización hablada. Semejante laguna han venido a llenarla profesores de la talla del danés Hans Oerberg, con su justamente célebre método Lingua Latina per se illustrata, donde aplica al aprendizaje de una lengua muerta la metodología de las lenguas vivas. Claro que no es el único, pero sí el más conocido.
En esa misma tendencia, conocemos obras lexicográficas inversas. Es decir: no el corriente diccionario latino-español, pensado para traducir, sino español-latino, con el propósito de que el estudiante recorra el camino contrario: poner sus ideas directamente en latín.
La lista de colaboradores es impresionante, y más amplia. El título primitivo se conservó hasta 1990, cuando el autor revisó la obra, en adelante Lingua Latina per se illustrata.

La lista de colaboradores es impresionante, y más amplia. El título primitivo se conservó hasta 1990, cuando el autor revisó la obra, en adelante Lingua Latina per se illustrata.

La polémica.

Habida cuenta de la partida de defunción extendida al latín, es muy natural que los hombres prácticos del presente miren todos estos esfuerzos con cierto desdén. Pero la cosa tiene, al menos, una utilidad fundamental para quienes aprendemos dicha lengua: la posbilidad real de leer cualquier obra latina sin el auxilio del diccionario. Más claro: el aprendizaje de una lengua con el fin de ejercitar todas sus destrezas conduce a un dominio cierto y seguro, siquiera del caudal suficiente para comprender un texto, como lo comprende, en cada caso, cualquier hablante de varias lenguas modernas.
Esa meta parecerá ridícula para quienes aprenden hoy inglés, por ejemplo. Pero para quienes hemos aprendido a traducir lenguas antiguas constituye un avance cualitativo sin precedentes.
Pregúntase José Juan del Col, en un Prólogo, si batirse por el latín no es lo mismo que enfrentarse a molinos de viento. Si así fuera, los cervantistas lo tendríamos a mucha honra. Creemos, en cambio, que la cuestión atañe a la función misma de las universidades, al menos. Habida cuenta del monumental corpus de la literatura latina, una universidad que quiera merecer dicho nombre debe tener una facultad de humanidades y, en ella, un departamento aplicado al estudio de todas las literaturas, así antiguas como modernas. Ello por el simple hecho de que el objeto o instituto de las universidades es conocer y garantizar las herramientas para que se conozca toda producción humana: nihil humanum a me alienum. Constatado este hecho capital, procédase a arguïr en favor del latín y el griego como bases de nuestra cultura, etc.
Aparte, como aficionados a las lenguas, recomendamos el estudio de las clásicas, no precisamente por lo que las hace acreedoras a dicho título, sino por su dificultad intrínseca. Valga un ejemplo. Oyendo siempre a gente ilustrada hacerse lenguas de la dificultad que entraña el aprendizaje del alemán, nos dimos a la tarea de comprobarla. Conseguimos para el efecto una gramática, con ejercicios incluidos. Podemos decir que recorrimos esas páginas sin mayores dificultades, descontadas las fonéticas. Conclusión: entrenarse en la gramática de las lenguas clásicas nos facilita el aprendizaje posterior de cualquier otro idioma, incluyendo el hebreo bíblico.

Las obras.

¿Latín hoy?, editado en 1998, comprende aspectos históricos de dicha lengua, con referencia a la Argentina. Examina luego el latín en otros países, así en Europa como en Estados Unidos. Prosigue con el estudio de la decadencia del latín y sus causas, aportando indicios de un cierto renacimiento de la lengua del Lacio: cursos, fundaciones y congresos; emisiones radiales y sitios en la red; historietas y demás publicaciones inéditas, diccionarios, etc. A manera de epílogo, presenta el autor una serie de razones que abonan el estudio del latín, seguidas de un capítulo sobre didáctica moderna de dicha lengua, más una bibliografía específica.
Como complemento a su estudio sobre el estado del latín, ofrécenos el autor un Diccionario auxiliar español-latino para el uso moderno del latín (2007). Iniciativa que saludamos quienes nos hemos visto precisados a redactar algo en el idioma de Cicerón.
Col.

Mejor que acentuar el latín, creemos que debe seguirse la costumbre de recalcar sus normas de acentuación y marcar la cantidad vocálica.

 

El Instituto Juan XXIII.

Sabemos por su página que, en Argentina, el presidente Arturo Frondizi (1958-62) decretó la extinción de títulos expedidos por órdenes religiosas. El Instituto viene, entonces, a ofrecérselos a los salesianos, en primer término, luego a demás religiosos y a laicos en general. Arrancó labores, pues, el 29 de marzo de 1960, bajo la dirección del Licenciado Osvaldo Francella. Salesiano italiano, en 1932 se le destina a la Patagonia. En 1950 lo hicieron Prefecto del Colegio Don Bosco, en Bahía Blanca. En 1960, por fin, inaugura el Instituto.
José Juan del Col nació en 1925, también italiano y salesiano. Además de Teología, se licenció en Pedagogía y Psicología. Es profesor de lenguas clásicas desde 1946; en Bahía Blanca a partir de 1961.
Entre sus obras destacamos:

- Octavio Tempini y José María Del Col, Sintaxis latina de la oración simple, Buenos Aires, Editorial Don Bosco, 1962. 350 págs.

- Latinae voces locutionesque cum Hispano sermone comparatae in usum vivae Latinitatis

cultorum vel amatorum, Cuadernos del Instituto Superior “Juan XXIII” 3 (1981) 5-29.

- Vivae Latinitatis voces locutionesque e scriptis Magisterii Ecclesiastici collectae et cum sermone Hispano comparatae. Sinu Albo in Argentina Provincia Bonis Auris apud Institutum Superius cui nomen “Ioannes XXIII” a. MCMLXXXXIV. 337 págs.

- Supplementum libri cui titulus “Vivae Latinitatis voces locutionesque”. Index cunctarum vocum in praefato libro relatarum. Sinu Albo in Argentina apud Institutum Superius cui nomen “Ioannes XXIII” a. MCMLXXXXIV. 23 págs.

- Terencio y su teatro, Cuadernos del Instituto Superior “Juan XXIII” 22 (1997) 5-92.

- ¿Latín hoy?, Bahía Blanca, Instituto Superior Juan XXIII, 1999. 143 págs.

- Diccionario Auxiliar Español-Latino para el uso moderno del latín, Bahía Blanca, Instituto Superior “Juan XXIII”, 2007. 1131 págs.

También a traducido varias obras de Terencio.

El autor.

El autor.

 

Archivo Histórico.

Un autodidacta del latín. Entrevista a monseñor Pinilla.

Richard Talbert y las fronteras romanas (A propósito de su conferencia en Bogotá).

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Richard Talbert, historiador del mundo antiguo, catedrático de Historia Antigua y Filología Clásica en la Universidad de North Carolina, Chapel Hill (EE. UU.). Estudia principalmente la idea del espacio en el mundo mediterráneo clásico. Talbert se educó en The King’s School, Canterbury, y en Corpus Christi College, Cambridge, donde obtuvo su título de pregrado y de doctorado.

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De su extensa hoja de vida, extractamos lo que sigue. Ha merecido varios reconocimientos, entre los cuales se cuentan: el Goodwin Award of Merit (1985), de la American Philological Association, por su trabajo The Senate of Imperial Rome; asimismo la American Philological Association‘s Medal for Distinguished Service (1999); los Guggenheim (American Council of Learned Societies, 2000-2001) y Robert F. and Margaret S. Goheen Fellowship (National Humanities Center, North Carolina).
Por sus publicaciones también ha recibido premios: su obra The Senate of Imperial Rome (Princeton University Press, 1984) ganó el premio Goodwin de la American Philological Association (1985). Su compilación Barrington Atlas of the Greek and Roman World ganó el premio para la mejor obra de referencia en Humanidades de la Association of American Publishers (2000).
De su obra sobre Geografía, hoy destacamos Rome’s World. The Peutinger Map Reconsidered (2010).

La Tabula Peutingeriana.

Verdadera opus Romanum (obra de romanos), la sola idea de un mapa de las vías del imperio pasma. Mas no por ello dejó de hacerse, hacia el siglo IV o V, como consta por la copia medieval (s. XII-XIII) que hasta nosotros ha llegado. La Tabula Peutingeriana se encuentra en Viena, pero también hay una copia en París, en blanco y negro.
Su descubridor fue el erudito alemán Conrado Celtes, quien se la dio a Conrado Peutinger para publicarla antes de su muerte.
Epitafio de Conrado Celtes (1459-1508).

Epitafio de Conrado Celtes (1459-1508). Profesor en Viena, patrocinado por Maximiliano, y bibliotecario imperial. Fundó allí un Collegium poetarum. Murió de morbus Gallicus.

Dicha edición fue parcial: otro tanto salió en 1591 por Juan Moreto, y luego en el 98 por Abraham Ortelio y Marco Welser. Así anduvo dispersa casi dos siglos, hasta que, en 1714, se archivó en la Biblioteca Imperial de Viena; luego salió íntegra gracias a Francisco Cristóbal de Scheyb, en 1753.
Scheyb, Secretario de Austria Inferior, despliega la Tabula en el sitio de Vindobona (Viena).

Scheyb (1704-77), Secretario de Austria Inferior, despliega la Tabula en el sitio de Vindobona (Viena). Lo que cuelga de su diestra corresponde a India y Asia central.

Conrado Peutinger.

Humanista (por Padua y Bolonia) y político alemán (1465-1547), sirvió en Augsburgo durante los reinados de Maximiliano y Carlos V. Pero lo que nos interesa de su biografía es el oficio de anticuario, en que colaboraba su esposa, Margarita Welser.
Asistió a la Dieta de Worms (1521) donde Lutero tuvo una audiencia. Es la segunda vez que en este blog nos topamos con Lutero, antes enfrentado a Tomás de Vío en Augsburgo (1518). Peutinger se retiró del servicio público cuando sus paisanos augsburguenses se hicieron protestantes (1534).
En su trabajo filológico se destaca como precursor de la Epigrafía romana (Inscriptiones Romanae, 1520).

 

*El Dr. Talbert estará en Bogotá. Aquí la programación del evento.

** Para ver el borgiano mapa.

 

 


Cuentos viejos: el Philógelos.

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De la continuidad del humor.

Poco se sabe de Hierocles y Filagrio, sus presuntos autores, como escasos son otros datos. Lo cierto es que el Philógelos es la antología humorística más antigua que se conoce: siglo IV d. C., más o menos.
Situaciones absurdas o estúpidas y confusiones de identidad son la materia principal de los chistes, junto con estereotipos regionales y menosprecio de la inteligencia de los extranjeros[1].
Por tales rasgos, la antología de bromas ha sido objeto de dos ediciones modernas: una por William Berg[2], quien tuvo la feliz ocurrencia de darle el texto a un veterano comediante londinense para que lo representara, mutatis mutandis. La otra por Dan Crompton (nota 1), hecha pensando en el público moderno.
Las demás ediciones modernas (siglos 19 y 20) han intentado establecer el texto griego, ofreciendo  la vez traducciones a lenguas modernas. Existe también en español, por Manuel González Suárez, para Ediciones Clásicas (no está en las bibliotecas bogotanas).
La versión inglesa de Baldwin, 1983, no es la primera, como aseguran en El Malpensante.  Conocemos una selección decimonónica...

La versión inglesa de Baldwin, 1983, no es la primera, como aseguran en El Malpensante. Conocemos dos selecciones decimonónicas…

Las versiones primitivas.

Como en toda antología, la procedencia de los materiales es variada. Berg, en su Prefacio, asienta que los manuscritos del Philógelos datan de los s. XI a XV, con alto grado de variantes; que a su vez apuntan a un arquetipo del s. IV, habida cuenta del contenido y del lenguaje.
El corpus se ha ido acrecentando entre las fechas apuntadas, pero es claro que el cuerpo principal pertenece al tiempo de Constantino. Época de transición en que los bárbaros minaban la estabilidad imperial, a tiempo que el panteón pagano cedía sus privilegios al Dios único.

Tradición de los asteia (ἀστεῖα).

Una treintena de chistes existía en un mismo códice del s. X, en donde venía un Comentario a los Versos áureos de Pitágoras. Las dos obras aparecieron impresas en 1605; luego los asteia también se conseguían sueltos. Lo curioso del caso es que, impresos juntos, los editores daban alguna clase de excusa por poner una obra jocosa al lado de un comentario a un texto místico.
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Pedro Needham (1709), como le sobraran unas páginas, insertó los chistes, si bien le parecían ridículos y de “grecidad” (estilo) inferior.

La primera adición significativa al repertorio fue la de Rhoer, en 1768, quien tomó 66 de los 68 descubiertos en el códice vindobonense (V). A dicha fuente viene a sumarse, luego, el códice augustano (luego llamado Monacensis), con acopio de 125 piezas. Pontano publicó 109 de ellos, con versión latina. Pero Minas casi duplica el corpus, al darle a Boissonade una copia de un códice con 258 facecias, y que se editó en 1848. El último paso editorial del Philógelos se debió al académico Alfred Eberhard, quien en 1869 subió la cifra de cuentos a 264 (y cuya edición parece que no supera la Teubneriana de Dawe, 2000).
En cuanto al contenido, es bien probable que se trate de la mezcla de dos colecciones humorísticas: una de Hierocles y otra de Filagrio. Ello explicaría el hecho de que hay unos cuantos gracejos repetidos casi textualmente.
Al parecer, Curterio era triscaidecáfobo. Edición londinense de 1654.

Al parecer, Juan Curterio era triscaidecáfobo. Edición londinense de 1654.

Para el siglo diecinueve referimos la novedad de que un grecoparlante (esmirniota de nacimiento) edita los chistes con versión paralela al griego moderno, más la versión francesa, pues apareció en París, 1812.
En la portada firma "por un quío", que no era otro que Diamante Corais (1748-1833).

En la portada firma “por un quío”, que no era otro que Diamante Corais (1748-1833).

 

Algo sobre los chistes.

Prometemos un florilegio personal del Philógelos. Por ahora, llamamos la atención sobre un tópico: el scholastikós (σχολαστικός). En las versiones latinas emplean el grecismo scholasticus. En las versiones francesas e inglesas hemos visto usado el término pedant, aunque también professor. En lenguas modernas, dicha voz significaba “maestro de escuela”, pero hoy es generalmente quien alardea de su erudición. Ambos sentidos, por supuesto, están registrados en lengua griega.
Que el escolástico -quien se ocupa en examinar opiniones- es motivo de burla para sus congéneres, ya lo sabía Arriano cuando refería el sistema de su maestro Epicteto:
ὁρᾷς οὖν, ὅτι σχολαστικόν σε δεῖ γενέσθαι, τοῦτο τὸ ζῷον οὗ πάντες καταγελῶσιν, εἴπερ ἄρα θέλεις ἐπίσκεψιν τῶν σαυτοῦ δογμάτων ποιεῖσθαι (Arr. Epict. I 11 39).
Ves, entonces, que te toca convertirte en un escolástico, aquella bestia de quien todos se ríen, si en verdad quieres examinar tus propias opiniones.
Veamos, pues, ese primer apunte contra los escolásticos que nos ha transmitido el Philógelos:
Un profesor, queriendo nadar, casi se ahoga. Gritando declaró que no volvería a tocar el agua, sin antes aprender a nadar.
Versión latina del primer chiste, en la edición de Schier,

Versión latina del primer chiste, en la edición de Schier, 1750.

 

[1] A Funny Thing Happened on the Way to the Forum: The World’s Oldest Joke Book. Trad. inglesa de Dan Crompton, 2010.[2] Philogelos. The Laugh Addict. Trad. e introducción del prof. William Berg, más ejecución del comediante Jim Bowen. Audiolibro, 2008.

 



Monetización, Geografía y Estrategia en la expansión macedonia y romana (coloquio)

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Monetización, Geografía y Estrategia en la expansión macedonia y romana:

Coloquio del Archivo Histórico de la Universidad del Rosario

Octubre 30 y 31 de 2014

Maratón, Termópilas, Zama, Accio, Adrianópolis: la literatura clásica nos ha transmitido los nombres de los campos de batalla que fueron determinantes para la historia grecorromana y, por ende, para el desarrollo del mundo occidental.
Los autores antiguos, desde Heródoto a Herodiano, también mencionan numerosísimas ciudades que, como Persépolis, capital persa del actual Irán, fueron opulentas sedes palaciegas en Oriente, o que, como Eboracum, urbe romana en lo que es hoy York, Inglaterra, surgieron como campamentos militares romanos en el frígido norte de Europa.
Monumento a Leonidas en Termópilas. Fuente: Wikipedia.

Monumento a Leonidas en Termópilas. Fuente: Wikipedia.

En pleno siglo XXI ¿cómo se puede ubicar con precisión cada uno de estos lugares, muchos de los cuales fueron borrados de la faz de la tierra por la erosión o destruidos por terremotos o invasiones? El historiador inglés Richard Talbert, profesor de Historia Antigua y Filología Clásica en la Universidad de North Carolina, Chapel Hill (EE. UU.), le ha dedicado buena parte de su carrera a cumplir esta tarea.
Como uno de los máximos expertos mundiales en el tema de la Geografía antigua, tal vez el mayor logro de Talbert ha sido la publicación del tomo enciclopédico Barrington Atlas of the Greek and Roman World (2000). La obra presenta 102 mapas a color en 175 páginas que recrean el mundo grecorromano en su totalidad, desde las islas británicas hasta el subcontinente indio y el norte de África, un territorio que cubre más de 75 países modernos.
Tabula Peutingeriana (detalle), con la ubicación de Roma.

Tabula Peutingeriana (detalle), con la ubicación de Roma.

Talbert, quien completó sus estudios en la Universidad de Cambridge, dirigió un grupo de más de 140 expertos, quienes crearon los mapas usando cartas aeronáuticas generadas por satélite para que el panorama moderno recuperara su apariencia antigua. Los nombres clásicos de los lugares se analizaron en conjunto con miles de estudios académicos y arqueológicos pertinentes a la Antigüedad, desde la era arcaica griega hasta el Imperio Romano tardío.
El próximo 30 y 31 de octubre, Talbert participará en un coloquio organizado por el Archivo Histórico de la Universidad del Rosario, donde ofrecerá una charla acerca de la percepción de los romanos de la Geografía de su imperio y de la extensión de sus fronteras.
El coloquio también contará con la asistencia del historiador y numismático estadounidense Kenneth Harl, doctor de la Universidad de Yale y profesor de Historia Antigua en la Universidad de Tulane. Harl, quien dice que comenzó su carrera a los 6 años al explorar la colección de monedas antiguas de su padre, decidió años después que la manera más apropiada para estudiar la Economía romana era a través de las monedas emitidas por la República y luego por los césares, un método raramente aplicado en el campo de la Historia de la Antigüedad.

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Tras convertirse en una autoridad mundial en la Numismática del mundo mediterráneo antiguo, Harl publicó la obra La acuñación de la moneda y la economía romana: desde 300 a. C. hasta 700 d. C. Allí se sirve de detalles técnicos como el peso de las monedas, su producción y los hallazgos en excavaciones arqueológicas para narrar, a través de la Historia de la moneda, la expansión de la República Romana en el Mediterráneo, la implementación de políticas inflacionarias en los siglos III y IV d. C. y, finalmente, el colapso de la economía imperial en el siglo VII d. C.
En el Rosario, Harl hablará acerca de la historia de la antigua ciudad de Gordio, ubicada en el centro de lo que hoy es Turquía, desde el punto de vista del análisis numismático.
Según Daniel Raisbeck, director del Archivo Histórico, el coloquio ofrece una excelente oportunidad para fortalecer los estudios clásicos en Bogotá y en el país. Asegura que la conferencia no solo les debe interesar a los historiadores del mundo antiguo, pues “el estudio de los clásicos puede ser sumamente enriquecedor e inclusive eficaz para cualquier persona interesada en la política moderna”.
Raisbeck cita a Edward Luttwak, experto en Geopolítica del Center for Strategic and International Studies de Washington y exasesor del Pentágono, quien escribe que “una investigación del arte de la estrategia del Imperio Romano” escasamente requiere una justificación. Según Luttwak, “los logros de Roma en el campo de la Gran Estrategia no han sido igualados; inclusive dos milenios de cambio tecnológico no han invalidado sus lecciones”.
Raisbeck hablará precisamente acerca de este tema. Su charla se titula “La Gran Estrategia: una definición y su aplicación al Imperio Romano”.
Más información: http://www.urosario.edu.co/Home/Principal/Eventos/alejandro-magno-y-la-republica.aspx

 


Pedro Lombardo: Magister Sententiarum (Joyas de la Biblioteca Antigua)

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Estamos en París, siglo XII, a donde acude Pedro, vecino de Novara en el septentrión italiano, con una carta debajo del ala para Gilduino, superior de la abadía de san Víctor, en que Bernardo de Claraval solicitaba se recibiera gratis al joven lombardo.
Notre-Dame, en una obra de Jean Fouquet (s. XV).

Notre-Dame, en una obra de Jean Fouquet (s. XV).

A pesar de haber estudiado ya en Bolonia y Reims, la fortuna de Pedro no había variado mucho, como vemos por la carta de recomendación. Por 1140 la cosa tuvo que cambiar, pues lo encontramos como catedrático en la escuela parisina de Notre-Dame. Finalizando la década, su prestigio es tal que lo topamos ya cerca del papa Eugenio III, decidiendo si les convenía el nihil obstat a las polémicas doctrinas de Gilberto Porretano.
El último peldaño de su gloria lo escaló al pie de la tumba: lo hicieron obispo de París en el 59, pero al año siguiente ya no era de este mundo.

El Maestro de las Sentencias.

La obra que pasamos a reseñar se compuso hacia el 1150. Su objeto era didáctico y su método el comentario de las autoridades, es decir, de los Padres de la Iglesia, incorporando textos contemporáneos, como la Fe ortodoxa, de Juan Damasceno[1].
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Llama la atención el gentilicio “Parrhysiensis”, corriente en la época y que acaso reflejaba mejor la pronunciación francesa. Asimismo el locativo Parrhysius, al parecer entendido como neutro indeclinable.

Título: Petri Lombardi Parrhysiensis ecclesie quondam antistitis: viri divinarum rerum eruditissimi: Sententiarum textus: per capitula ac capitum § recenter distinctus: cuilibetque distinctioni Henrici Gorichemii propositiones; Egidii de Roma elucubrationes; Henrici de Urimaria additiones; et denique marginales Bibliae, canonum, auctorumque concordantiae adamussim alludunt. Tandem nonnulli errores Parrhysius condemnati. Cum Magistri sententiarum haud approbatis propositionibus. [Texto de las Sentencias de Pedro Lombardo, obispo que fuera de París y muy versado en las cosas divinas, recientemente dividido en capítulos y parágrafos. Incluye explicaciones de Enrique de Gorinchem a cada una de las distinciones; las tesis de Egidio Romano y, finalmente, adiciones de Enrique de Urimaria. Con frecuentes  concordancias  de la Biblia, los cánones y los maestros, colocadas al margen. Trae, además, algunos errores  ya condenados de la Universidad de París; y un elenco de las sentencias no aprobadas del “Maestro de las Sentencias"].
Datos de la impresión: de conformidad con el colofón, este libro se imprimió en Basilea, por Adán Pedro de Langendorff, a expensas de Ludovico Hornken, en enero del año 1516. En relación con esta obra se menciona, como editor a Ludovico Hornken. Se sabe que tuvo una estrecha relación comercial y editorial con  Heinrich Quentell, baluarte de la edición católica en Colonia, especializado en obras religiosas y tratados escolásticos[2]. Dato que podría estar muy relacionado con el origen concreto de esta obra.
Nótese la R tachada por -rum y la p por pro-.

Nótese la R tachada por -rum y la p por pro-. Augusta Raurica era un lugar cerca de Basilea, venido a menos por el crecimiento de esta, desde el s. VII. Hoy es sitio de excavación y museo.

Presentación actual: encuadernación flexible en piel, en mal estado de conservación. Hoy desencuadernado. Hermosa presentación del texto, con un aspecto de antigüedad muy acentuado. No es muy alta su calidad. Frecuentes subrayados y anotaciones (a partir del libro segundo). Manchas de humedad en el papel. Al principio, deterioro por dobleces defectuosos del papel en las esquinas superiores.
Características: el libro muestra las siguientes características que complementan y ratifican su clasificación como incunable: 1) portada muy interesante, impresa en dos tintas. Con un texto en caracteres góticos, enmarcado por orlas decorativas independientes y de calidad, que se unieron al efecto: con decoración de grutescos, que insinúa temas renacentistas, típica de las artes menores.
Cornucopias grutescas: el horror uacui.

Cornucopias grutescas y otras yerbas: el horror uacui. El grabador es, con escasa duda, Ursus Graf (VG). Artista que trabajó también con Frobenio y Amerbach, en su marca alude al bórax, elemento útil en la soldadura..

En mitad de la portada, marca del editor, en un grabado más pulido: un león y un grifo, rampantes y tenantes, sostienen el escudo de la ciudad de Colonia, como también indica el lema superior: “O felix Colonia”. En la parte inferior, en las bases de las columnas de este pórtico, se leen las palabras ESIMI – ADAM, alusivas muy probablemente al impresor Adán Pedro de Langendorff.
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El breue utilissimumque Memoriale, cuatro páginas editadas en 1513, era una especie de índice analítico y auxilio nemotécnico.

2) Texto impreso en dos columnas muy densas (58 líneas, de los caracteres más grandes; 76 líneas, de los caracteres más pequeños), con caracteres góticos de dos tamaños, sobre papel no muy fino. 3) Alguna mayúscula capital (folio I), sin imprimir, señalando en pequeño la que debe dibujarse; las otras, solucionadas con mayúsculas esquemáticas grandes, sin ningún tipo de decoración. 4) Márgenes amplios y apostillas marginales impresas. 5) Libro foliado. La foliación se marca con caracteres arábigos. 6) Colofón (folio 213 verso).
Con reclamos del lector.

Con reclamos del lector.

Después de varios renglones dedicados al elogio y descripción de la obra que termina, añade: “Opus itaque tam praeclarum, ductu atque impensis prouidi Lodouici Hornken, bibliopolae, Adam Petri de Langendorff, typographus ac civis Basiliensis. Denuo, multoque accuratius, in Rauricorum urbe, litterario praelo excusit: M.D.XVI. Mense Ianuario, Die vero XX” [Obra tan importante terminó su trabajo de impresión (batalla de letras, dice textualmente el original), nuevamente y con más cuidados, bajo la dirección y a expensas del generoso Luis Hornken, librero, por Adán Pedro de Langendorff, tipógrafo y ciudadano de Basilea. El 20 de enero de 1516, el 20 de nero]. 7) Signaturas. 8) Registro de cuadernillos con las primeras palabras de los folios rectos.9) Después del colofón, marca del editor. Se reproduce el mismo grabado que se insertó en la portada.

FN-000022 - copia (2)

Contenido: este libro contiene un compendio (summa) de la Teología católica, sustentada en los conceptos de los Padres de la Iglesia. Hasta que se publicó la Summa Theologica de Santo Tomás de Aquino, esta obra fue el texto obligado de quienes estudiaban Teología. Como buen escolástico, divide su obra en libros, distinciones y cuestiones. El libro I trata sobre Dios, en cuanto es Uno y Trino. El libro II comprende los temas sobre la creación del mundo y del hombre, la situación del hombre antes del pecado, el pecado original, los ángeles. También se tratan temas como la gracia, la libertad y la voluntad. El libro tercero incluye algunos aspectos del tratado sobre la Encarnación y los tratados sobre las virtudes teologales (fe, esperanza y caridad) y los diez mandamientos. En el libro IV se abordan temas relacionados con los sacramentos y con los novísimos.
Al final, incorpora una serie de “artículos erróneos” que fueron condenados con anterioridad en Inglaterra y en París.
Abreviaturas notables.

Abreviaturas notables: ?denati por condemnati. el 9 volado por -us. etc.

Valores adicionales: para recomponer las guardas, en un muy posible trabajo de encuadernación, se utilizaron documentos del periodo colonial. En el que precede la portada puede leerse la firma de un “Doctor Lucas Fernandez Piedrahita”, quien suscribe un documento de autorización. Mas eso será materia de publicación aparte.
Index omnium distinctionum, a manera de cuadro sinóptico.

Index omnium distinctionum, a manera de cuadro sinóptico.

 

Jaime Restrepo Z., Elkin Saboyá R.,

Archivo Histórico.

 

[1] Alocución de Benedicto XVI, 30-12-2009; disponible en http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/audiences/2009/documents/hf_ben-xvi_aud_20091230_sp.html

[2] FEVRE, Lucien – MARTIN, Henri-Jean. La aparición del libro. Op. cit., pág. 211.

 


Los fluxes del Rosario.

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Hace más de un siglo apareció en la Revista del Colegio del Rosario un curioso artículo con el título que dejamos copiado. Principia, claro, definiendo la exótica palabrita. Flux es, entre otras cosas, la circunstancia de ser del mismo palo las cartas de un jugador. Mirando a la etimología del vocablo, halla el autor que dicha palabra se relaciona con el castellano “flujo”, que a su vez viene del latín “fluxus”. Deduce que allí hay dos ideas predominantes: movimiento y uniformidad; “entrambas intervienen en la combinación de las cartas del naipe, todas homogéneas, ó de un mismo palo; todas destinadas á irse moviendo una tras otra en el correr del juego”. Por una traslación de sentido, continúa, aquí los españoles, “de quienes maldecimos como amos y á quienes reclamamos como ascendientes”, emplearon dicho término para referir al conjunto de pantalón, chaleco y chaqueta “de idéntica tela y de corte consonante”, concepto que los peninsulares conocían por “terno”.
Los rosaristas, en fin, ampliaron nuevamente el sentido de “flux”, diciendo que alguno “se sacó el flux” cuando obtuvo cinco en todas las calificaciones; “ó sea los que llevan conducta y aplicación óptimas y obtienen además el número cinco en todas sus clases”. El autor, oculto tras las enigmáticas L. A. J., recordando por su “propia cuenta y riesgo”a los distinguidos con el flux, presenta el listado correspondiente a 1908.
Nosotros solo recordamos la anécdota lingüística, mas recomendamos a los rosaristas de hoy empeñarse en “sacar el flux”.

F

Fl

Flu

Flux

Flux 1

 


Der Neue Pauly, obra de referencia sobre la Antigüedad.

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Obras de una vida.

August Friedrich von Pauly (1796-1845) fue un filólogo clásico y educador alemán, formado en Tubingia y Heidelberg. Como profesor, sirvió cátedras por más de veinte años. Se le recuerda, sin embargo, por la magna obra Realencyclopädie der classischen Altertumswissenschaft, que emprendió en 1837 y que alcanzó a ver hasta su cuarto volumen.

 

La letra A, en la edición de Stuttgart, 1864.

La letra A, en la edición de Stuttgart, 1864.

Muerto Pauly, prosiguen la obra los editores filólogos Ernst Christian Walz y Wilhelm Siegmund Teuffel, quienes produjeron seis volúmenes entre 1837 y 1852.
En 1890 se suma a la empresa Georg Wissowa, filólogo que planeaba una refundición que le tomaría unos diez años. El último volumen salió, contrariando al autor, casi un siglo después.
Una edición de 1894, ya sin los lujosos tipos Fraktur.

Una edición de 1894, ya sin los lujosos tipos Fraktur.

Der Kleine y Der Neue.

La monumental Pauly no servía, por supuesto, como manual de consulta. Por ello, entre los años 1964-75, aparece una edición resumida en cinco volúmenes: Der Kleine Pauly. La Kleine solucionaba el problema de tamaño del original, pero al mismo tiempo ya se sentía la necesidad de poner al día la enciclopedia. El proyecto se puso en obra desde 1996, bajo el título de Der Neue Pauly.
La enciclopedia depende de dos editores principales: Hubert Cancik, filólogo e historiador, y el historiador de la Antigüedad Helmuth Schneider; a quienes colabora un equipo de 23 editores temáticos, encargados de cubrir todas las disciplinas, desde la Historia hasta la Lingüística, pasando claro por la Filología. De ellos, a su vez, depende una legión de más de 700 colaboradores. Entre las novedades de la Neue (valga la redundancia) se cuentan: artículos más extensos unos y completamente nuevos otros; además de bibliografía para cada entrada. Mas lo destacable radica en la segunda parte: un apéndice dedicado a la recepción de la Antigüedad, a cargo del editor Manfred Landfester. Por recepción se entiende la interpretación del legado clásico, que no es otra cosa que lo que llamamos Filología Clásica.
Der Neue Pauly es, actualmente, la obra de referencia más autorizada sobre la Antigüedad. La buena noticia es que el Archivo Histórico de la Universidad del Rosario pronto contará con un ejemplar…

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¿Concejo o consejo? Cuestión ortográfica.

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En el número 173 de la Revista del Colegio (vol. XVIII 1923), monseñor Carrasquilla responde una consulta que le hicieran sobre una cuestión ortográfica. Se trata de la diferencia entre “concejo” y “consejo”. Como es de esas dudas que a cada paso nos asaltan, copiamos la página para su fácil consulta.

Concejo.


Catulo (LI) en verso castellano.

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Iniciamos la biblioteca de traductores colombianos presentando dos versiones del humanista bogotano Miguel Antonio Caro. Trátase de una interpretación de la muy conocida poesía de Catulo (LI):
Ille mi par esse deo videtur,
ille, si fas est, superare divos,
qui sedens adversus identidem te
     spectat et audit
dulce ridentem, misero quod omnis
eripit sensus mihi: nam simul te,
Lesbia, aspexi, nihil est super mi
     * * * * * * * *
lingua sed torpet, tenuis sub artus
flamma demanat, sonitu suopte
tintinant aures gemina, teguntur
     lumina nocte.
otium, Catulle, tibi molestum est:
otio exsultas nimiumque gestis:
otium et reges prius et beatas
     perdidit urbes.
[Copiamos el texto que da The Latin Library]
Ahora ofrecemos las dros traducciones de Caro, existentes en su volumen Flos poetarum:

51

 

“Guarte” por “guárdate” lo hallamos en otro poeta algo anterior, Antonio García Gutiérrez (1813-84):

Guarte niña de mostrar
que un sentimiento hay guardado
en ese tierno mirar… [Respeto]

Ocurre asimismo en un romance:

-¡Guarte, guarte, rey don Sancho, no digas que no te aviso,
que del cerco de Zamora un traidor había salido;

Ahora la versión en soneto:

51b

 

La nota (1) dice: Verso de Valbuena.
La Flos poetarum, que comprende a Lucrecio, Tibulo, Propercio, Ovidio, horacio, Virgilio y otros, se puede leer íntegra en archive.org

Griego y Latín II, para ver el doble…

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Para el primer semestre del año entrante, el Archivo Histórico tiene el gusto de ofrecer el segundo curso de Latín y Griego.
En el curso I se vio lo básico de la morfología de ambas lenguas, lo cual continuará en el siguiente, con la presentación de la flexión entera de nombres y verbos, así como los elementos más generales de la sintaxis.
Como muestra de lo que se trabajó en Latín, compartimos el texto del examen final, correspondiente al carro de Maximiliano, por Durero:

Durero

Los horarios son: Latín II, martes y jueves, 9-10:30; Griego II, martes y jueves, 10:30-12.



DE FENICIA PARA EL MUNDO.

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Algo de la historia del alfabeto.

Las letras con que a diario escribimos y que creemos propias o, por mucho, propiedad del mundo occidental, tienen el mismo origen de las cuadradas y bellamente enigmáticas letras con que está escrita la Biblia hebrea. Ahora lo veremos.

El principio fue en Fenicia.

Sí: todo principia en Fenicia, en el Oriente que por eurocentrismo llamamos cercano o próximo. Los primeros testimonios escritos se datan alrededor del 1200 a. C. Es decir, unos cuatro milenios llevamos garabateando en cuanta parte ocurre la necesidad.
Dichos testimonios fenicios no fueron la primera escritura, por supuesto. Mas como lo que nos interesa es la escritura alfabética (un signo por sonido), no diremos nada de los antecedentes jeroglíficos de la escritura. A propósito, el alfabeto fenicio, como suele ocurrir en lenguas semíticas, solo marcaba las consonantes. Un ejemplo: si quisiéramos escribir “latín” con el alfabeto hebreo, tendríamos que poner  ltn (לטן n-t-l, porque el orden de escritura es inverso).

Un desarrollo griego.

Óstracon con el nombre de Cimón, s. V a. C.  Museo de la antigua ágora, Atenas.

Óstracon con el nombre de Cimón, s. V a. C. Museo de la antigua ágora, Atenas.

Los fenicios eran comerciantes, como bien se sabe. Llevaron, pues, a todos los rincones del Mediterráneo no solo bultos de púrpura, sino también una remesa de letras. Los griegos, y tenían conciencia de ello, usaron las letras fenicias adaptándolas a sus  necesidades. Ya dijimos que, en lenguas semíticas, lo importante es marcar las vocales. No así en las lenguas occidentales, donde hace falta poner las vocales, y donde los diptongos son corrientes. Los signos vocálicos son, entonces, el aporte griego a la tecnología de la escritura.
Dicha adaptación tuvo lugar hacia los siglos IX-VIII a. C., es decir, tiempos homéricos. Como ya se dijo del fenicio, el griego tuvo una forma anterior de escritura. Como era de tipo silábico, tampoco nos detendremos en ella.

Una escritura universal.

Base de donario de Tívoli, s. VI a. C. Testimonio menos conocido que la fíbula prenestina, pero menos polémico. Nótese que los dos primeros renglones van de derecha a izquierda, el último a la inversa. Fuente: Ignacio-Javier Adiego, Latomus 56, 1997.

Base de donario de Tívoli, s. VI a. C. Testimonio menos conocido que la fíbula prenestina, pero menos polémico. Nótese que los dos primeros renglones van de derecha a izquierda, el último a la inversa. Fuente: Ignacio-Javier Adiego, Latomus 56, 1997.

A poco de usar el alfabeto, hacia el s. VII a. C., los griegos de Cumas pasaron el invento a los etruscos, que entonces dominaban la península itálica. A diferencia del caso griego, no surge inmediatamente una literatura, y dicho periodo solo se conoce por inscripciones sueltas. No fue antes del fin del primer milenio que ello ocurrió, con aquella cristalización de la lengua literaria que conocemos como latín clásico.
Lo ocurrido después es mejor conocido: se riega el latín por el mundo antiguo, el cristianismo se hace religión imperial y, mucho después, pasa a América una lengua también imperial, que se sirve del mismo alfabeto que la lengua del Lacio. Al escribir esta reseña usamos un sistema milenario, que ha recorrido miles de kilómetros en todas direcciones.

Ilias Mexicana.

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La cultura clásica en América, generalmente, se presentó en forma de traducción de los clásicos a las lenguas modernas. Hay también una corta producción de obras originales en latín, como las poesías latinas de Miguel Antonio Caro, para el caso colombiano.
Alegre por Bustamante, 1841.

Alegre por Bustamante, 1841.

Ilias Mexicana.

Curiosidad académica, y bibliográfica, resulta la versión latina de la Iliada, compuesta por el jesuita mexicano Francisco Javier Alegre (Veracruz, 1729-Bolonia, 1788). Buen conocedor de las lenguas clásicas y de las Humanidades, profesor en la capital y en su ciudad natal; luego en La Habana, por mandato de sus superiores. Por la expulsión de la Compañía, en 1767, pasó a los Estados Pontificios. Radicado en Bolonia, allí escribió buena parte de su obra y allí murió. Antes, sin embargo, ya había tratado asuntos antiguos en su Alexandríada (1749), sobre la conquista de Tiro; así como en una versión latina de la Batracomiomaquia.

La obra.

Principio de la edición definitiva, 1788.

Principio de la edición definitiva, 1788.

Se trata de una versión íntegra de los 24 cantos homéricos. El primer canto, que en griego tiene 611 hexámetros, en la versión alcanza 595. Los demás son por el estilo.
Por la cubierta sabemos que es una editio Romana, apud Salvionem, typographum Vaticanum, MDCCLXXXVIII. Por lo que se lee en una especie de prólogo, es una edición corregida de la aparecida en Bolonia doce años antes. El encargado de dicha tarea fue Juan de Malo Villavicencio (1738-1805). Sobre el valor de la obra, García Icazbalceta reproduce un juicio de Menéndez Pelayo, quien solo le censra el “ser demasiado virgiliana”.

La versión.

En el prólogo a su obra, Alegre se refiere, por supuesto, a la dificultad que representa traducir una lengua con la sintética facilidad de composición del griego, a la latina, y las modernas por ende; lo cual resulta en que un adjetivo del original se convierte en una frase. Aparte de ello, declara que su propósito era traducir el pensamiento del autor, no su forma; además que su modelo y guía fue Virgilio: “Poetarum igitur principis mentem, non verba, latinis versibus exprimere conati, Virgilium Maronem, Homeri, inquam, optimum et pulcherrimum interpretem ducem sequimur”.

El primer hexámetro.

Entre las correcciones de la segunda edición, la primera que sale al paso es la enmienda del primer verso. En la del 76 ponía: Pelidae cane, Diva, minas iramque malignam. En la del 88: Iram, Diva, trucem Pelidae concine Achillei. Recordando el original (μῆνιν ἄειδε θεὰ Πηληϊάδεω Ἀχιλῆος), vemos que, en la primera, a μῆνιν corresponden minas iramque malignam; en la segunda, iram trucem, con el acierto de poner iram en primer lugar, como en el original. El cambio era obligado, habida cuenta de que allí estaba, desde la primitiva traslación de Itálico: Iram pande mihi Pelidae, Diua, superbi.
Un estudio reciente: La versión latina de la Ilíada del jesuita mexicano Francisco Xavier Alegre, García de Paso y Rodríguez, Boletín Millares Carlo, 1998. Disponible en la red. Asimismo, La Alexandriada de Francisco Xavier Alegre: arcanis sua sensa figuris, Andrew Laird, Noua tellus, 21.2 2003. Disponible en la red.
Interesante mezcla de elementos clásicos y tropicales.

Interesante mezcla de elementos clásicos y tropicales. Anónimo, Museo Nacional de Historia, México.


Samuel Bond, traductor latino.

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Samuel Bond ya es conocido en este blog. Hoy les presentamos una versión latina del epigrama de Tolomeo, existente en la Antología griega.

Tolomeo.

 

El original griego es una pareja de dísticos (un hexámetro más un pentámetro), que el traductor convierte en tres, con ligera amplificación. En sí, el original no dice et vix nascentem nox premit atra diem, pero se entiende que la frase es una especie de explicación del ephámeros griego.
Para ilustración general, traducimos literalmente la poesía griega: Sé que soy mortal y efímero. Mas cuando de los astros / las abundantes órbitas, / ya no toco la tierra con los pies, sino con el mismo / Zeus me sacio de ambrosía, manjar divino.
Samuel Bond.

Samuel Bond, ca. 1860. Foto de la edición de sus Poesías por el Inst. Caro y Cuervo.

Un estudio recentísimo sobre la poesía copiada, The ‘Ptolemy’ Epigram: A Scholion on the Preface of the Syntaxis, por Cristian Tolsa, Greek, Roman, and Byzantine Studies 54 (2014) 687–97. Disponible en la red.
Texto de Bond con correcciones de M. A. Caro.

Texto de Bond con correcciones de M. A. Caro.


Lingua Latina, 60 años.

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El latín vive, viva el latín.

El año, 1959; el lugar, Lion (alias, Lugduni); el protagonista, Ioannes Montaurius; la ocasión, 2e Congrès international pour le latin vivant. En tales circunstancias de tiempo y lugar, Ioannes Montaurius (alias, Hans Henning Ørberg, 1920-2010) ofrece un informe (acroasis) sobre su labor, de casi una década, relativa a la ejecución de un nuevo método para enseñar Latín en su Dania (Dinamarca) natal. Entonces ajustaba apenas 15 fascículos, pero ya podía presumir ante el auditorio de resultados satisfactorios y prometedores. Ioannes Montaurius fue un profesor danés que renovó el estudio del Latín. Aquí le rendimos sincero y sencillo homenaje.
I. Montuarius en 1955.

I. Montaurius en 1955.

El método natural.

Entre los años 1953-61, Ørberg trabajó en el Naturmetodens Sproginstitut, donde se usaba el método natural para el aprendizaje de lenguas. Dicho método data de principios del siglo XX y contrasta con el tradicional o de gramática-traducción.
Para el caso del latín, la aplicación del nuevo método consistía en que la nueva lengua se explicara por sí misma (de ahí per se illustrata). En palabras de sus editores: “Se invita al estudiante a encontrar el significado de las palabras y de las expresiones en el contexto y en las ilustraciones. Las reglas morfosintácticas de la lengua se asimilan también primero inductivamente, mediante el reconocimiento de estructuras y construcciones recurrentes, después se organizan sistemáticamente para ser fijadas definitivamente en la memoria. Por esto cada unidad didáctica termina con tres tipos de ejercicios: para el aprendizaje del vocabulario, para la asimilación de las estructuras gramaticales y para la verificación de la comprensión”.
Arthur M. Jensen también merece crédito por la obra.

Arthur M. Jensen también merece crédito por la obra. ¿Pero era posible que el latín se explicara por sí mismo? Jensen y Oerberg sí lo creían. Este puso el argumento y los textos, aquel vigiló que se conservara el método y, finalmente, varios filólogos revisaron “ne forte vitiosus esset sermo Latinus”.

La obra.

Consta de dos partes. En la primera, Familia Romana, se introduce al estudiante en lo básico de la lengua y la cultura, mediante la historia de una familia del s. II d. C. en la segunda, Roma aeterna, se profundiza en la Gramática, mediante la adaptación de textos clásicos.

En el principio fue Comenio.

Comenio publicó su Orbis pictus en Nuremberg, 1658. La primera edición fue latín-alemán, mas pronto apareció en otras lenguas modernas. Su técnica, el libro ilustrado; su público, los niños.
El maestro y el discípulo, preguntas y respuestas: el método del catecismo. Oerberg, con sus fascículos mensuales, emancipó al alumno.

El maestro y el discípulo, preguntas y respuestas: el método del catecismo. Oerberg, con sus fascículos mensuales, emancipó al alumno. La edición latín-inglés fue la segunda, de 1659.

El plan de Comenio era más vasto, como que no se limitaba a enseñar una lengua, sino a compendiar el saber humano: pansofía. Lo que aquí nos interesa, no obstante, es su aportación didáctica. Es decir, la organización de la enseñanza y el aprendizaje natural, aspecto este que lo pone de benemérito ancestro de Oerberg, si bien mutatis mutandis.

60 años no es nada…

Pero el panorama es otro, en la enseñanza del Latín. Claro que muchos latinistas eminentes se formaron en la escuela gramática-traducción (M. A. Caro, para no ir muy lejos), pero no es menos cierto que el único recuerdo que varias generaciones guardan de la lengua de Roma es aquella letanía de rosa, rosae.
Nuestros recuerdos son más amplios y más amenos.

*En internet hay mucho sobre Ørberg y su obra. Recomendamos el sitio Cultura clásica, donde se comercializa el libro, además de otras noticias relativas a la Antigüedad.

 


In satura nimis acer. Algo sobre la sátira.

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A propósito de los luctuosos hechos de París, la página del diccionario Merriam Webster comenta ligeramente sobre la palabra sátira, en estos términos: “humor that shows the weaknesses or bad qualities of a person, government, society, etc.”, “a way of using humor to show that someone or something is foolish, weak, bad, etc.”. Es decir, la caricatura que pesca el lado flaco de las personas.
Sobre la etimología de la palabra, se alude a la denominación de un plato abundante, especie de salpicón. En fin, parece clara la idea de llenar o inflar. Tal es lo que hace un caricaturista con su víctima: exagerar un detalle, acentuar un rasgo.
¿Es la sátira una injuria?
Etimologías aparte, hallamos en estos días, leyendo un comentarista de Justiniano, el siguiente párrafo:
Vinnius

Vinnius, In quatuor libros (…) commentarius, etc. IV 4. El segundo comentarista es Heinecio (Johann G. Heinecke, 1681-1741).

Se discute las clases de injuria, que son principalmente dos: real o verbal (re, verbis). Esta última puede ser de dos maneras: oral o escrita. Hasta aquí el primer comentarista. Luego uno complementa que también puede hacerse injuria con un dibujo, y que de ello hay muchas muestras graciosas. En todo caso, le parece que corresponde a las injurias reales.
Como no hemos pasado por las aulas de Derecho, no nos metemos en esas honduras. Entendemos, por supuesto, que el punto es legal y que en su definición, si la hubiere, radica la paz pública.

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