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De Medicina libri… mirabiles (exposición temporal).

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Libros antiguos de Medicina en EL Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario.
Galeni septima classis, etc.

Galeni septima classis, etc. Uno de los tratados es: fracturarum et luxationum sanatio, fasciae denique et laquei et machinamenta.

El Archivo Histórico de la Universidad del Rosario conserva en su fondo bibliográfico una importante colección de libros antiguos de Medicina. Curiosamente, los más antiguos pertenecieron al  fundador, fray Cristóbal de Torres, arzobispo de Bogotá. Otros fueron llegando a la institución por la creciente necesidad de profesionales que trataran los problemas de salud que aquejaban a la sociedad colonial; no menos que para hacer efectivo el establecimiento de la cátedra de Medicina, siendo el Colegio Mayor uno de los precursores en el Nuevo Reino.  En el Archivo Histórico existen 41 libros antiguos sobre Medicina, publicados entre 1515 y 1789  (Siglo XVI: 16: Siglo XVII: 3; Siglo XVIII: 16; de fecha dudosa: 6).

Fechas clave:

1.        Primera cátedra de Medicina en el Colegio Mayor del Rosario (1753-67).
2.       Juan Bautista de Vargas, el  primer graduado de la Cátedra de Medicina en 1764.
3.       Reorganización de la Cátedra de Medicina  por José Celestino Mutis en 1801.
4.      La facultad de Medicina abre sus puertas en 1965 tras su cierre a mediados del siglo XIX.
Sobre la historia de la cátedra y la formación en la disciplina hay dos obras muy completas. La primera abarca desde la fundación hasta el s. XIX, la segunda desde la reapertura hasta hoy.

Medicina.

Los autores describen los libros y su contenido (pp. 9-14), con un dato que no dejamos de resaltar: dos personas contribuyeron principalmente con libros de Medicina, el arzobispo Torres y José Celestino Mutis.
Firma del Fundador en eun comentario de Tomás de Garbo a Galeno.

Firma del Fundador en un comentario de Tomás de Garbo a Galeno.



Archivo Histórico, un sitio por descubrir.

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arch. b
Se ha dicho que, en general, el archivo es el registro de la actividad humana. La definición cuadra perfectamente con lo que representa el Archivo Histórico de la Universidad del Rosario: desde la creación del Colegio, registrada en cédulas reales, hasta las calificaciones de los alumnos, pasando por una docena de incunables y libros de los siglos XVII a XIX, el Archivo comprende casi 400 años de ininterrumpida historia.
Detrás de la estatua del Fundador, en la esquina suroccidental del Claustro, el Archivo sigue siendo su sustento y su testigo.

Horario: lunes a viernes, 7:00 a. m. – 4:00 p. m.

Programe su visita.


Certámenes latinos en el Rosario: Cuervo catedrático.

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Dentro de la larga tradición de enseñanza del latín en el Rosario, figura como catedrático el Sr. Rufino José Cuervo. Entre los papeles que por azar hemos revisado, hallamos uno que nos informa sobre los libros de texto que se usaban en 1869. Helos aquí.

Los certámenes.

Certámenes

Una tradición de la época consistía en que los catedráticos exhibieran los progresos de sus alumnos en un evento público, con asistencia de las autoridades civiles y eclesiásticas. Los asistentes podían interrogar a los estudiantes, de acuerdo con los puntos expresados en el programa.
El programa de Latín, inferior y superior, que defendieron los alumnos del Sr. Cuervo fue el siguiente:

Cuervo-Rosario Latín

Era, pues, el libro de texto la Gramática del propio catedrático y del de Filosofía elemental, Sr. Caro:
Nótese la divergencia otográfica: en el certamen pone Caro i Cuervo, aquí con y griega. Cuestión no de poca monta, que acaso señala que el Colegio estaba muy teñido de radicalismo...

Nótese la divergencia otográfica: en el certamen pone Caro i Cuervo, aquí con y griega. Cuestión no de poca monta, que acaso señala que el Colegio estaba muy teñido de radicalismo…

Además, usábase un librito adaptado para los escolares (ad usum tironum) por el padre Lhomond (1727-94):

Lhomond

Eso por lo que hacía a la inferior. En la superior ya tenían que componer en latín, ejercicio con que se comprueba la verdadera asimilación de la doctrina. Hoy ya no se practica, ni circulan los textos de ejercicios de composición en lenguas extranjeras:
Edición de 1846.

Edición de 1846.

Cuervo, latino y castellano.

No solo regentaba la cátedra de Latín, sino también de Ortografía castellana. Leyendo el programa del certamen, comprobamos que el autor de las Apuntaciones infundía en sus alumnos el espíritu investigativo de la lengua materna:

Cuervo-Rosario


Catulo III, en verso castellano.

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En nuestra serie de traductores colombianos, presentamos nuevamente a Catulo, nuevamente vertido por Caro:

III. fletus passeris Lesbiae

Lugete, o Veneres Cupidinesque,
et quantum est hominum venustiorum:
passer mortuus est meae puellae,
passer, deliciae meae puellae,
quem plus illa oculis suis amabat.
nam mellitus erat suamque norat
ipsam tam bene quam puella matrem,
nec sese a gremio illius movebat,
sed circumsiliens modo huc modo illuc
ad solam dominam usque pipiabat.
qui nunc it per iter tenebricosum
illuc, unde negant redire quemquam.
at vobis male sit, malae tenebrae
Orci, quae omnia bella devoratis:
tam bellum mihi passerem abstulistis
o factum male! o miselle passer!
tua nunc opera meae puellae
flendo turgiduli rubent ocelli.

[Texto de thelatinlibrary.com]

Edición disponible en archive.org

Edición disponible en archive.org

Comentario.
La forma escogida por el traductor es el romance endecha, consistente en cuartetos de heptasílabos, con rima asonante del segundo y el cuarto, y los demás sueltos.
En general, puede decirse que las estrofas tienen ritmo, si bien palabras como “agora” suenan un poco duras hoy.
El principio, Lugete, o Veneres Cupidinesque, tiene una gracia que no aparece en la versión; si bien es clara la dificultad de hallar un equivalente castellano. Véase, por ejemplo, la versión de don José Cadalso (1741-1782), que mejora en unas partes y afloja en otras:
También disponible en archive.org

También disponible en archive.org


Correspondencia de Mutis a Linneo.

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Un poco serendípticamente dimos con esta carta, cuando lo que estábamos buscando era correspondencia de Humboldt. Pues bien, mientras hallamos lo que de veras buscamos, ofrecemos la transcripción de una carta de Mutis a Linneo, propiedad de la Sociedad Linneana de Londres, acompañada de la traducción castellana de Hernández de Alba (al parecer indirecta).
La misiva es apenas un abrebocas de otra publicación latina de Mutis, que ya corre bellamente impresa, pero que seguro tendrá mayor alcance en forma virtual.

Viro clarissimo experientissimoque DD Carolo Linnaeo Equiti

sal. pl. des. J. C. Mutis

Credideram proculdubio literas tuas v. h. accepturum me hac ocasione: ut enim rationem nullam plurium, quas hucusque ab Iullio anni 61 afferies; saltem illarum, quas Octobri proxime praeterito scripsi, rationem reddidisse existimarem. Etenim spe fere omni dejectus conatos omnes meos delusos sero novisse videor: nisi enim literarum omnium exempla servassem, exscripta iterum, quae diversa temporibus tecum communicavi, neque mittere rursus, neque negligentia nota, qua forsan inculpatus inficias apud te VH cujus literatum commercium me magni pendere non semel significavi, vindicari possem. Literis tuis benevolentiae plenissimis quamprimum accepi, eo quidem tempore, quo literarium commercium tecum inire meditabar, amplissimum responsum dedi. Iterum Martio anni 62 epistolam alteram scripsisse memini, adjungendo simul Formicarum Americae qualescumque meas observationes,

L1

Archivo epistolar del sabio naturalista don José Celestino Mutis. Bogotá: Presencia, 1983.

 

simulque tibi significando faunam Suecicam editionis posthumae, qua adhuc non sine gravissimo rerum mearum incomodo carere me novi, desiderasse ejusdem etiam anni labenti Jullio posteriores literas per viam Caracas fortunae tradere maluissem fecit quod obsidione Anglorum in Habanam commercium nostrum ulterius interruptum fuisse, literasque meas illic ad manus tuas pervenire spem fere nullam superesse, intellexerim. Tum etiam plantarum quorundam descriptiones, tum novae in Cartaginem Proregem nostrum comitante meae peregrinationis notitiam, literis illis adjungebam. Postea autem finito tandem bello, et commercio satis inito, Majo anni 63 quartas literas Cartagine datas iussas mittere constitui apud me, meroris plenum, et laborum meorum obeundi frustra spe fere omni destitutum. Adjungere etiam illis peroportunum videbatur et novae per aliam viam in priorem Proregis sedem peregrinationis ideam et itineris Americani, quod jamdiu meditabar, prospectum, Proregis nostri testimoniis honorificentissime confirmatum, Hispaniarum Regi Potentissimo tunc temporis missum. Anni itidem ejusdem Decembri post longam quinquaginta dierum peregrinationem priori sedi restiturus nimius festinanter scripsi eo potissimum consilio, quod interrupti fere ab initio commercij nostri causam manifestares, et me curis justo pressum, tandem liberatum velles. Januario itidem anni 64 vix ex aegritudine gravissima emergens, et a plenissima taediis plurimis recidiva non plane recreatus, sextas literas scripsi, quibus tunc addidisse memini descriptionem cujusdam Cracis, cujus speciem plane novissimam mihi credendam fecit corona ejus instar ficus pulcherrima, qua avis insignitur. Nunc iterum septimas dare decrevi, et ab humanitate amplissima tua mihi sperandum existimo, ne tibi VH arguta nimium haec sedulitas videatur. Quod enim – viris Alstroemer et Logie decedentibus, et tibi etiam primis literis amplissime pollicitus sum, me omnes res meas diligentissime tibi perscripturum, summa fide fieri semper curavi, et ita fieri in posterum curabo, ut omnes meas literas denuo exscriptas ad manus tuas pervenire efficiam, ut alibi etiam significavi.

L1 - copia

Harum enim omnium exempla mittere possum, et si forte minus te delectarent, ne molestiam tibi cum impensis meis exhiberem, facias me certiorem perquam vellem. Nunc vero ob turbulentam Medicinae praxim qua demergor, et labores novissimos naturalis Philosophiae elementa publice docendi, nimia temporis angustia sic premor, ut Orationi inaugurali pro Philosophia Newtoniana contra peripateticos ad Scholas coram Prorege amplissimo, et Judicibus sapientissimis habendae, finem adhuc imponere non potuerim. Quamobrem incoepti etiam operis de glebis aureis memorabilibus[1] exemplum hac ocasione uti erat animus, ad te mittere, ut Academiae scientiarum illud communicares, me non posse facile perspicies. Verum ne plane ineptissimae hae literae tibi viderentur, iconem et flores quosdam cinchonae adjungere duxi. An descriptionis suae figuram ullam addiderit celeberrimus de la Condamine, vel an plantam siccam examinasse tibi licuerit, necne, cum nullam notam in descriptione Cinchonae editionis Holmiae 54 videam, non plane mihi constat.

Ne multis. Recentissimas accepi literas Gadibus datas ab Amicissimo et eruditissimo Doctore Salvarezza, in quibus erat, ipsum Januario labentis anni quamdam meam ad te missam epistolam Domino Bellman tradidisse. At quaenam ex superioribus, quas dedi, et accuratissima serie recensere existimavi, quaenam ex iis inquam esse potuerit dubitare me faciunt plurimae literarum mearum infaustae sortes. Sed hoc erit certius, si Tu Vir H. ad me idem scripseris. Quapropter literas tuas, et operum tuorum exemplum osculari impatiens expecto. Fac valeas, et Amici procul remotissimi, sed sincero et cultu devotissimo te prosequentis, sui memor. Iterum vale.

Dabam in Santa Fé de Bogotá die 24 septembris 1764.

L2

[1] De glebis aureis memorabilibus.—Informe sobre el descubrimiento y aplicaciones de la Platina del Chocó(1774).— Informe acerca del estado de la minería y riqueza mineral del reino de la Nueva Granada (1782).— Relación de las operaciones y experimentos… para indagar cuál es el mejor método de beneficiar los minerales de plata, si el de fundición o el de amalgamación (1786).

Fuente: Sociedad Linneana de Londres.

Fuente: Sociedad Linneana de Londres.


Certámenes públicos, vieja tradición académica.

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Entre las tradiciones académicas que se han perdido, llama la atención la consistente en la exposición del progreso de los estudiantes en el año escolar. Era el examen de fin de año, pero en plaza pública.
1

“se versará”, curioso uso pronominal del verbo. 26-6-1826.

Las conclusiones o certámenes públicos eran tradición española. En principio, el catedrático elegía un alumno para que rindiera examen público. Se cursaban invitaciones a las autoridades eclesiásticas y civiles. En su tiempo, la Corona controlaba los temas que habían de exponerse; luego el gobierno republicano se encargó de dar el pase respectivo, si los asertos o programas eran congruentes con el plan de estudios vigente. La Dirección General de Estudios fijaba fechas para cada plantel, así como los catedráticos que debían replicar y argüir.
Nótese el "indijena de Mamatoco" y la Arismetica.

Nótese el “indijena de Mamatoco” y la Arismetica.

La reforma de Santander.

Desde 1825, el vicepresidente resolvió que varios estudiantes acudieran a las conclusiones públicas (en principio era un elegido). Ello con el loable propósito de incentivar la competencia entre los discípulos. Los elegidos no podían faltar a la cita, so pena de perder la materia correspondiente. Del resultado del evento debían informar los catedráticos al poder ejecutivo.
Nótese que por Filosofía se entendía también ciencias naturales.

Nótese que por Filosofía se entendía también ciencias naturales.

Como buen acto público, la examinación tenía el siguiente orden: presidente y vicepresidente de la república, arzobispo, director de estudios, rector y vicerrector de la universidad, catedráticos según su antigüedad y, por último, los asistentes. El examen se aprobaba con tres aes, o se reprobaba con tres erres. A partir de 1840, el voto se hacía mediante bolas blancas y negras. Cada examinador recibía cuatro de ambos colores y debía, según su criterio, otorgar cuatro blancas, negras o combinadas. Se aprobaba teniendo dos tercios de color blanco.

4

Notas de Gramática para el curso de Artes, octubre de 1793. Entre los examinadores figura el vicerrector, Camilo Torres.

 

Algunas muestras, tomadas de los documentos del Archivo Histórico:

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Los “elementos” pueden verse en nuestro sitio de Facebook.

 

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Mutis filósofo y orador latino.

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Como parte de una serie sobre la vida y obra de José Celestino Mutis, apareció en 2009 la obra Filosofía natural mutisiana, a cargo de Pedro Ortiz Valdivieso, S. I., Jaime Bernal Villegas y Alberto Gómez Gutiérrez. La serie principió en 2008 con la Medicina científica mutisiana; continuó (2010) con A impulsos de una rara resolución: el viaje de José Celestino Mutis al Nuevo Reino de Granada, 1760-3; seguida por Academia mutisiana: documentos preneogranadinos de José Celestino Mutis y la promoción de sociedades científicas en la Nueva Granada (2011). Como sus nombres lo indican, son obras que resultan de un benemérito trabajo de archivo, que de seguro dará para muchos más volúmenes…

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La obra.

Dos cuadernos del Archivo Histórico javeriano contenían la Oratio inauguralis con que Mutis defendiera, en 1764, la introducción de la filosofía newtoniana en las aulas. En la edición que presentan los autores encontrará el lector un interesante Prólogo, por Santiago Díaz-Piedrahíta; una Cronología científica mutisiana; un estudio de la Filosofía europea de ese tiempo y del lugar de Newton en ella, con lo cual se completa el contexto del discurso. Viene a continuación la parte puramente documental: descripción del manuscrito y atribución; edición facsimilar y traducción de la Oración inaugural a favor de la filosofía newtoniana contra los peripatéticos; Mutis, orador latino, donde se estudia la retórica del texto; transcripción latina del documento, más un Epílogo.
Por lo apuntado, la obra pertenece a la historia de la ciencia colombiana, preparada por dos científicos, los doctores Bernal y Gómez. También interesa, sin embargo, como parte de la historia del latín en Colombia, que es lo mismo que decir del humanismo colombiano, como ya lo notó Rivas Sacconi. Dicha parte fue obra del padre Ortiz, latinista y botánico como Mutis.

 

 

 

 


Recetas para Cristóbal de Torres. Medicina del XVII.

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El Archivo Histórico del Rosario, en su amplia sección de documentos, conserva una carpeta singular, referente a la salud del Fundador. Consta de las últimas recetas que se le prescribieron, antes de su muerte.
Ya van a ser treinta años de que el Dr. Mendoza Vega se aplicara a leer e interpretar dichos archivos, con la colaboración del profesor Eugenio Lákatos, de lo cual queda un artículo en la Revista del Rosario, donde se avanzó mucho en la tarea y nos dejó poco por completar.
Echando mano de un muy manoseado tratado de Medicina (o de Farmacopea), existente en el Archivo, hemos aclarado ciertos puntos.
Debe de ser una obra de Mesue, o basada en él, o un comentario.

Debe de ser una obra de Mesue, o basada en él, o un comentario.

Las recetas.

Todas  las fórmulas principian por un signo común, que en el lenguaje médico se llama récipe (= recibe, acepta). Ese signo tuvo variantes. A veces era solo una R. En ocasiones tenía las letras RP. La modalidad más conocida está formada por tres elementos RP/.
Recipe es el imperativo singular del verbo recipere: reunir (adhibendi medicamenti formula, manera de aplicar un medicamento: DuCange) De este origen proviene el término castellano receta, que es la evolución del latín recepta. Copiamos del interesante sitio virtual dicciomed.eusal.es: Docum. en 1300 en esp. En lat. tardío ya significa ‘cosas para hacer un medicamento’, es una forma de participio del v. recipere ‘recibir’ y en lat. tardío ‘prescribir el médico'; de hecho las recetas se encabezaban con el imperativo recipe.
La ortografía presenta las siguientes características:
La forma armigdala por amygdala es un error evidente. No conocemos otro ejemplo semejante. Hay abreviaturas tipográficas (del genitivo plural). La escritura refleja la pronunciación española del latín: dulsium por dulcium; omfansini por omfaciniVeamos la primera muestra:

R1

Fórmula n.° 184 (1)

M

RP olei armigdala[rum] dulsium XII  Olei omfansini mastichis  I et  B muª  Pª su illustrª

M.ro Agustín de Rivera   13 ps

Doce onzas de aceite de almendras dulces. Una onza de aceite de almáciga inmadura et B muª  [y bien pura (¿bene munda?)]. Para su Ilustrísima.

Maestro Agustín de Rivera. 13 patacones.

Nota: Los médicos distinguían entre el aceite de almendras amargas (amygdalarum amararum) y el de almendras dulces (amygdalarum dulcium), según se extrajera este con o sin la piel que las envuelve.

El aceite extraído de aceitunas inmaduras era conocido en latín como omphacinon, (ὀμφάκινον ἔλαιον) homotribes, o amargo y crudo. El de aceitunas maduras era simplemente aceite común. Podían ser insulsos o salados; puros o depurados, si se les quita la sal; frescos o añejos. La almáciga o mástique es la resina que se extrae por incisión del tronco del lentisco o terebinto.

Generalidades sobre los aceites.

Generalidades sobre los aceites.

R2

Fórmula n.° 185 (2)

M

RP olei chamomille iiij   3 ps   Pª su illustrª   M.ro Agustín de Rivera

De aceite de manzanilla, 4 onzas, indicadas por la mano que señala y expresadas en una numeración romana arcaica: iiij.

3 patacones. Para su Ilustrísima. Maestro Agustín de Rivera.

Nota: Chamomilla, o chămaemēlon, i, n., = χαμαίμηλον (lit. manzana de tierra, debido al olor a manzana de sus flores). Entre sus propiedades, cuéntase la carminativa.

R3

Fórmula n.° 186 (3)

RP  Syrupi liquiritcia 3

Para su  Ilustrísima

A de Agustín de Rivera

3 (¿onzas?¿tomas?) de jarabe de regaliz. Para su  Ilustrísima. A de Agustín de Rivera.

Nota: Syrupus, iusculum medicum [caldo médico], jarabe, al parecer usado como vehículo en Medicina.

El regaliz [liquiritia en latín; derivado del griego glykirrhiza, γλυκύρριζα, de γλυκύς “dulce” y ῥίζα (rhiza) “raíz”; dulcis radix, Cels. 5.23] son unos rizomas de la planta conocida como Glycyrrhiza glabra, utilizados para hacer dulces. Se usó como medicina desde la Antigüedad y servía para afecciones bronquiales.

DSC00205 - copia

Para la tos antigua, el sirupo de regaliz, que limpia tórax y pulmones.

DSC00205 - copia (2)

R4

Fórmula n.°  187 (4)

M

RP diafiniconis I. Olei armigdalarum dulsium et [ungventi] violati I. Rhodomellis, II  Salis genma[e] I  cum semis = decocti carminatiba et lenientia partes equales … I et sem [inum] m[eloni]s.[    ] Pª el S.or Arsovispo

Una onza de  diafenicón. Una onza de  aceite de almendras dulces y de (ungüento) violeta (otros dicen violado). Dos onzas de rodomiel. Una (¿libra?) de sal gema con semillas = Cocción carminativa y suavizante …  y de semillas de melón, por partes iguales.

Para el Señor Arzobispo. Maestro Agustín de Rivera. 3 patacones.

Nota: El diafenicón (diaphoenicon) es un ungüento de elaboración muy compleja, para la curación de heridas y úlceras difíciles. Ungüento de pulpas de dátil cocidas y coladas; para otros, de las hojas de la palma datilera. También puede tratarse de un jarabe, llamado electuario diafenicón [Electuariorum alia sunt dulcia, quædam amara, quædam acria. Ad Tussim, Electuarium, etc. (DuCange)]. El ungüento violeta (unguentum violatum) se usa, igual que el  ungüento rosado, para las afecciones e inflamaciones del pecho. El rodomiel (mel rosatum) es una bebida medicinal compuesta de miel y agua de rosas.

R5

Fórmula n.°  188 (5)

M

RP

Unguentorum pleuritisi et emplastri Zachariae I addendo oleum armigdala(rum) dulsium II (¿?) Pª suillustrisima

+ florum violarum II + seminis  melonis II +  [h]ordei m.os II   Pª su illustrª  + sachari candi  iiij  6 ps

Al lado del último elemento recetado, escribe en latín: sacari … abutitur (¿?) ut fiat syrupo (el azúcar se utiliza para que dé forma de jarabe).

Una onza de ungüento pleurítico y del emplasto (del hijo) de Zacarías, añadiendo dos onzas de aceite de almendras dulces (…) ¿limpias? + Dos onzas de flor de violeta + Dos onzas de semillas de melón + Dos onzas de cebada limpia.

Para su Ilustrísima + cuatro onzas de azúcar candi (o candil). 6 patacones.

Nota: el unguentum pleuriticum (πλευριτικός) era una medicina muy apreciada, resolutivo “admirable para las enfermedades del pecho, del costado” (Félix Palacios, 1753). El  ungüento del hijo de Zacarías (compuesto de cera blanca, medula de vaca, manteca de cerdo, aceite de y semillas linaza, más emoliente) se utilizaba para la inflamación de las articulaciones y el endurecimiento de algunos miembros. Flos violae: entre las plantas medicinales, se citan las violáceas. Entre ella se cuentan flores como la violeta (viola odorata) y los pensamientos (viola tricolor). La primera “constituía un remedio predilecto para la inflamación del hígado, los pulmones, y la pleuresía” (Zubiría, 86). La semilla de melón se menciona para problemas de estómago y pulmones (¿?). El azúcar candi es mencionada en los libros antiguos de Medicina, como lenitivo de la “tos fiera” (nuestra tos ferina).

R6

Fórmula n.°  189 (6)

RP

Ung.ti agrippae et deopilativa lienis ana II. Olei sesameni et caparr. ana I. cerae (¿?) …… unguentum    M.ro Agustín de Rivera   4 ps

Dos onzas de ungüento [del hijo] de Agripa y antiobstructivo del bazo. Una onza de aceite de ajonjolí y de alcaparras. Ungüento de cera de (…).

Maestro Agustín de Rivera. 4 patacones.

Nota: El ungüento de Agripa (o de Brionia) era un compuesto de varias raíces (brionia, gladiolo, helechos), hojas de cocombro, machacadas en mortero y puestas a fuego lento en el aceite. Se mezcla con la cera, formándose una pomada que servía “para frotar el vientre y región del bazo”, “para resolver los tumores, quitar las obstrucciones y laxar el vientre”; asimismo para “el dolor de riñones, causado por frío”. El desopilante tenía propiedades antiobstructivas. El aceite  de ajonjolí (sésamo) podía remplazarse por el aceite de almendras dulces. El aceite de alcaparras (no de caparrosa, como se había pensado) sí existe (Ronderos, 133): el  aceite [llamado: trocisco = tableta pequeña con un agente medicinal recubierto de un mucilago dulce que se disuelve] de alcaparras resulta de una mezcla de la cattaris spinosa, con amoniaco, vinagre y almendras amargas maceradas.

*Puede tratarse de la palabra “ana”, recurrente en las recetas y cuyo sentido es utriusque, de cada uno.

R7

Para que les salga la cuenta, recuérdese que los patacones eran de a ocho reales.

Fórmula n.°  189 190 (7)

RP

Syr. cap [illi]. Ven[eris]. violacei et de tussilagine et de hyssopo ana II. Oximelli squillitici II. Item unguenti cucurbitae III  [id est refrigerantis] M.ro Agustín de Rivera

Jarabe de cabello de Venus, de violáceo y de tusilago e hisopo, dos onzas de cada uno. Dos onzas de oximiel con escilas. (…) Tres onzas de ungüento de calabaza.

[Entre renglones: es un refrigerante]

Maestro Agustín de Rivera.

Nota: El cabello de Venus (Adiantum capillis Veneris) o culantrillo de pozo es una variedad de helecho con propiedades curativas: antitusígeno, astringente, laxante, refrigerante y expectorante. Se prepara como infusión o como jarabe. El tusilago es una planta (Tussilago farfara) que recibe su nombre por el mismo uso medicinal de eficaz remedio contra la tos (tussis). Se dice que, junto el regaliz, se utilizaba para la bronquitis. El  hisopo (hyssopus officinalis) es un arbusto de base leñosa y tallos herbáceos. Desde la Antigüedad se le atribuyen propiedades para tratar desórdenes digestivos (flatulencia, dispepsia) o pulmonares (asma, bronquitis y tos). Se llamaba oximiel  a un jarabe resultante de la  mezcla de vinagre y miel (oxymel, mellis, = ὀξύμελι). El adjetivo squillitici hace referencia a un tipo de cebolla (scilla, σκίλλα) que en castellano se conoce como escila o cebolla albarrana: se le reconocen valores medicinales, pues puede prescribirse útilmente en la bronquitis, en el enfisema, las pulmonías y la tos convulsiva.

Estas son las recetas para la última enfermedad del señor Torres. Quienes hemos trabajado los textos hemos quedado con la intención de emitir diagnóstico del paciente. Quede la tarea para los expertos…

A título de curiosidad, copiamos lo siguiente, obtenido con la impagable ayuda de Google:

Selecta è præscriptis, selections from physicians'prescriptions

Selecta è præscriptis, selections from physicians’ prescriptions (…). London, 1847

Jaime Restrepo Z., Elkin Saboyá R.,

Archivo Histórico.



Son los antiguos, idiota. Recetas políticas clásicas.

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Ha dicho un acreditado columnista bogotano que el tema de este país es la elección presidencial, sin importar en qué parte del mandato del presidente en ejercicio vayamos. Pues ahora estamos para elegir mandatario distrital y, según la lógica del columnista, vendría siendo el segundo tema nacional.
Mas las elecciones no son cosa moderna, ni mucho menos la estrategia electoral. Hace poco otro columnista, de El País de España, ha llamado la atención sobre una obrita antigua sobre el tema. Trátase del Commentariolum petitionis, manualito electoral en forma de carta, escrita por Quinto Tulio Cicerón a su hermano mayor, Marco Tulio, cuando este se presentó a las elecciones para cónsul.
Cicerón, Musei Capitolini, Roma, s. I d. C. Fuente: Wikipedia.

Cicerón, Musei Capitolini, Roma, s. I d. C. Fuente: Wikipedia.

En las elecciones para el periodo de 63 a. C. competía un puñado de candidatos, entre los cuales figuraba M. Tulio Cicerón. Entre sus oponentes había dos nobles, cuyos antecedentes eran su punto débil. Cicerón había aludido a ellos en su discurso preelectoral In toga candida. Con ello ganó, siendo “popular” o “nuevo”, un inesperado apoyo de los nobles, que le significó la victoria.
¿Quién era Quinto?
Vivió entre 102 y 43 a. C., compartió educación con su hermano en Atenas y tuvo su propia carrera de funcionario: edil (66), pretor (62) y propretor de la provincia de Asia (61-59). Fue asimismo lugarteniente de César en su segunda campaña a Britania (54), quien “Ciceronem pro eius merito legionemque collaudat” (elogia a Cicerón por sus méritos y a su legión, BG 5.52) y de su hermano en Cilicia (51). Durante las Guerras Civiles fue de la fracción de Pompeyo, luego perdonado por César.
El Segundo Triunvirato le significó la proscripción, con su hijo y hermano, y la muerte en tal condición.

La obra.

Principio del Comentario, edición Loeb.

Principio del Comentario, edición Loeb.

El Commentariolum plantea varias preguntas, debidas a su dudosa transmisión. No se conserva en el mejor manuscrito de las cartas ad familiares, el Codex Mediceus 49.9. Su estilo no se compadece con el elogio que Marco hace de la dicción de Quinto. Además hay un paralelismo verbal de esta obra con el comentario que se conserva de In toga candida (de Marco Tulio), sin que sea fácil establecer el original y la copia. Respecto al contenido, se observa que los puntos allí tratados eran muy trillados, de modo que su utilidad no es muy evidente. Respecto a la autoría, alégase que el tema de la campaña de 64 era muy conocido, así como los ejercicios de personificación histórica (prosopopeya); de suerte que un anónimo pudo inspirarse en ello para componer una carta de consejos a un hombre célebre, de parte de su consejero.
El Commentariolum aparece junto con las Epistulae ad Quintum fratrem, Es decir, pertenece al género epistolar. Ya dijo Marco Tulio: “Epistularum genera multa esse non ignoras” [sabes que son muchos los tipos de cartas. Cic. Ad Fam. II.4.1]. Para Demetrio (350-280), eran 21 los týpoi epistolikoí, varios de ellos usados en tiempo de Cicerón. El Commentariolum es una carta práctica, un ensayo en forma epistolar, cuyo estilo la ubica en el tipo de ejercicio conocido como prosopopeya, subgénero de la suasoria.
Las cartas políticas eran corrientes entre los griegos desde el periodo macedonio, principiando con las que dedicó Isócrates a Dionisio I y a Filipo. Para el caso romano, su práctica coincide con la dictadura de César.
Cicerón, de niño, leyendo, por Vincenzo Foppa (fresco, 1464), Wallace Collection. Fuente: Wikipedia.

Cicerón, de niño, leyendo, por Vincenzo Foppa (fresco, 1464), Wallace Collection. Fuente: Wikipedia.

Son los antiguos, idiota.

James Carville, director de la triunfante campaña de Bill Clinton en 1992, tiene el crédito por una célebre frase: “Es la economía, estúpido”. Muchos años después, Carville confesó que, cuando inició su carrera como estratega electoral, antes de la campaña Clinton, creía que las instrucciones diseñadas para sus candidatos eran originales. Luego vino a saber “que casi todo ya se había dicho hacía 2000 años”.
Otro que no lo sabía, según la columna de Carlin, era Ed Miliband, líder laborista británico, derrotado por David Cameron. No se puede asegurar que Cameron lo hubiera leído, pero en todo caso es el primer ministro.

*Nos hemos guiado por el artículo de Henderson, M. (1950). De commentariolo petitionis. The Journal of Roman Studies, 40 (1950), pp. 8-21; así como por la Introducción a la edición Loeb, por la misma autora, también responsable de la traducción.

La columna que ha llamado la atención sobre el Commentariolum puede leerse en http://internacional.elpais.com/internacional/2015/05/12/actualidad/1431417664_146226.html

Otra, anterior, en http://http://www.nytimes.com/2012/07/29/books/review/how-to-win-an-election-by-quintus-tullius-cicero.html?_r=0

 


Libros científicos. Exposición.

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Entre los libros modernos que conserva el Archivo Histórico, es frecuente encontrar la firma de don Liborio Zerda, catedrático de este Colegio. Hoy exponemos un Tratado del arbolista (Aguado, 1864) y, junto con él, otros libros de Botánica e Historia natural.

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Unos son de bolsillo, como el Tratado; otros monumentales, como la Flora de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada (1957). Destacamos una curiosa edición de la Historia natural de Buffon (Didot, 1799), profusamente ilustrada.

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Para los estudiantes de Latín, compartimos una descripción botánica:

DSC00211 - copia

 


Virgilio en el Archivo.

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Nuestro Virgilio.

El Archivo Histórico conserva una bella edición de Virgilio, con las siguientes características. A cargo de Carolus Ruaeus (Charles de la Rue, jesuita francés, 1643-1725), no solo filólogo, sino también poeta original en latín y gran orador de la Compañía. La edición es parisina, de 1722, por los hermanos Barbou (Juan y José), cuya empresa funcionó entre 1717-32.

Aeneae nau b

La edición está adornada de bellos grabados:
Aeneae nau c

Dulcedine cantus trahitur.

Además de un mapa de las navegaciones de Eneas:

Aeneae nau

El texto se acompaña de una interpretación en prosa y abundantes notas:

inc Aen

Copiamos el argumento que antecede al libro I:

Argumentum Aeneidos cum XII librorum argumentis
scripsit Carolus Ruaeus (soc. Iesu.) ex libro “ad usum serenissimi Delphini,”
Philadelphia MDCCCXXXII p. Ch. n.

Aeneis poema heroicum, sive epicum, ab Aenea Troiano, Veneris et Anchisae filio, Priami genero, nomen habet: non quod actiones illius omnes comprehendat, sed unam inter omnes praecipuam, scilicet regnum in Italia fundatum.  Scripta est a Virgilio in gratiam, tum Romanae totius gentis, tum familiae imprimis Iuliae, quae originem referebat suam ad Iulum sive Ascanium, Aeneae filium ex Creusa Priami filia. In hanc porro familiam adscitus a Iulio Caesare avunculo fuerat Octavianus, tunc rerum potens, atque Egypto subacta, M. Antonio et Cleopatra interfectis, unus orbis Romani dominus.  Scribi capta est, Anno U. C. 724 exeunte, Virgilii 40, Octaviani 33, (id est, 31 a. Ch. n.) cum Octavianus in Asia non longe ab Euphrate hiemaret;  atque ita Virgilius post adhibitam Georgicis extremam manum, continuo animum Aeneidi videtur applicuisse; in eaque annos, ut habet Servius, undecim collocasse, quot ab eo tempore ad mortem Virgilii omnino numerantur.  Secutus est Virgilius, ut in Bucolicis Theocritum, in Georgicis Hesiodum;  ita in Aeneide Homerum, cuius Odysseam sex prioribus libris, Iliadem sex posterioribus, expressit, an etiam superavit? id vero ambigitur inter doctos.

Traducciones virgilianas.

Presentamos ahora una traducción que tuvo mucha vigencia: la del señor Caro, 1873.
Eneida_Caro

Como puede verse, una octava le alcanzaba al traductor para vertir 5,5 hexámetros.

 


Teodoro Hampe entre libros.

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Presentamos una entrevista a Teodoro Hampe, licenciado por la Universidad Católica del Perú en Historia y en Educación, doctor en Geografía e Historia por la Universidad Complutense de Madrid, profesor en la las universidades de San Marcos y en su alma mater. El Dr. Hampe se especializa en Historia colonial y ha estudiado las bibliotecas particulares. Grandes o pequeñas, dichas colecciones estaban generalmente al día con lo que salía en Europa. Además, había bibliotecas conventuales, de acceso restringido. Una tercera clase de librerías, por contraste con la anterior, son las abiertas al público; tipo en que Nueva Granada precedió al Perú.
Aparte, refiere el Dr. Hampe que en el Perú también se cerró la puerta a los estudios clásicos en el siglo pasado, no obstante lo cual allí tienen una Sociedad Peruana de Estudios Clásicos. La institución ha compilado un volumen sobre lo clásico en la época colonial peruana.

Compartimos la entrevista completa.

Autor y compilador de varios libros y artículos, entre los cuales figuran:

Ricardo Palma, cronista de la Inquisición (2009)

El renacentismo del Inca Garcilaso revisitado: los clásicos greco-latinos en su biblioteca y en su obra (2009)

Sobre la Escolástica virreinal peruana: el P. Leonardo de Peñafiel, comentarista de Aristóteles, 1632 (2009)

Santo Oficio e historia colonial (1998)

Testimonios del Perú y del mundo (1998)

Fragmentos de la historia moderna (1997)

Bibliotecas privadas en el mundo colonial (1996)

Cultura barroca y extirpación de idolatrías (1996)

Don Pedro de la Gasca: su obra política en España y América (1990)

Historia de la Pontificia Universidad Católica del Perú (1989)
Como compilador:

Escritura, imaginación política y la Compañía de Jesús en América Latina (2011)

La mujer en la historia del Perú (2007)

El legado científico de Alexander von Humboldt en el Perú (2005)

La tradición clásica en el Perú virreinal (1999)


Notas de Boecio, Símaco, Amalasunta y Teodorico.

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Dentro de los libros que pertenecieron al arzobispo de Bogotá, fray Cristóbal de Torres, llama la atención uno por sus copiosas notas. No solo al texto, sino en las guardas y por todas partes. Es un seguro incunable, cuyo primer folio pone: Sancti thome de aquino super libris Boecii de consolatione philosophie commentum cum expositione feliciter incipit [aquí principia felizmente el comentario explicado de Santo Tomás de Aquino a los libros de Boecio titulados La consolación de la filosofía].

Veamos, entonces, la nota más larga, relativa a la vida de Boecio:

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Ɵ Y dize S. Antonino q. un varón de santa vida, tuvo una vission en que se le represento q. el papa Juan y Boeçio le lançavan en la boca q. llaman del Vulcan, o del inferno, dando a entender su condenacion[1]. El niño Atalarico vivio con su hijo Amalasenda (-unda)[2] su madre q. quedo por heredera de Teodorico su Padre. De las excelencias desta señora se dizen maravillas por muchos y especialmente por Casiodoro Senador de Roma y de su lengua es como de milagro lo que alcanço. Por q. fue gran griega y latina, y hablo todas las lenguas q. se communicavan con el imperio Romano, con tan natural pronunciacion de cada una q. le parecía ser le aquella su lengua natural. Ninguno la vio q. no se aficionase a la [Juan garsia] servir y honrrar y a ninguno reprehendio que no se tubiese por honrrado de lo que della se le dixo y ansi todos sus vasallos se gozavan de le ser muy obedientes.

Dizen Procopio y Iornandes[3] q. lo primero q. hizo en heredando fue ocuparse en deshazer algunos agravios de su padre, especialmente con los hijos de Simmaco y de Boeçio, y a los godos amostro su valor mas de hombre animoso q. de flaca mujer y no los permitia hazer agravio a ninguno, con lo qual azedo a muchos contra su virtud. [hoc a te peto ut subvenias me(ae) so(l)licitudini[4]] A Theodato su primo gran señor en la Toscana y muy agraviador de sus vezinos, por les tomar sus haziendas, reprehendio aspera mente, haziendole restituyr lo ageno, con lo q. (por q. ni el era muy bueno ni muy cuerdo aunq. era dado a filosofias) la cobro mala voluntad.

Puso esta señora gran diligencia en la criança de su hijo Alarico  que le quedo de X años, y diole maestros sabios y virtuosos q. le impusiesen en todo lo que devia saber un tan gran Prinçipe, y por evitar contiendas solto a los françeses las tierras que avia ganado su padre Theodorico en Françia, y embio sus cartas de buen amor y paz al emperador Justiniano de Constantinopla, encomendandole q. tubiese debaxo de su amparo al niño Athalarico y a ella y a sus Estados, y el emperador holgo con su bien.

[Esta primera parte está tomada casi literalmente de Juan de Pineda, Monarchia ecclesiastica, 425 r, 446 r]

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Reinando el Rey Theodorico en Italia, (cuyo trono fue cerca de los años del señor de quatrocientos y setenta y çinco) fue muerto en carceles, el gran Philosopho moral Boecio martyr, que por otro nombre es dicho Severino, cuyo cuerpo esta en Colonia. Este Theodorico florecio en tiempo del emperador Çeno (…) El doctor Illescas en su Pontifical en la primera parte La Vida del (121) Pontifice simaco dize q. fue en tiempo del emperador Theodorico en el año de y que entonces florecio el doctissimo y santissimo Boecio severino. S. Thomas en este prohemio dize estas palabras. Ut sequitur Boecius vir eximius Consul Romanus, vir chatholicus extitit qui disputans de fide Catholica contra duos hereticos scilicet Nestorium et Eutichem, cum nulus esset qui eis resisteret, Boecius ipse in comuni consilio devicit, sicut patet in Libro suo de duabus naturis in Xpo [Christo]: vide cetera in f. 2. p. i.

Y que murio en carceles martyr, esto se añade a lo de V6: supra (¿?) + Pineda La monarchia, libro 16, cap. 9 § 3 dize lo siguiente de Boecio: que Theodorico Rey Arriano, encarcelo al Papa Juan hasta q. murio en la carcel. Tambien tuvo mucho tiempo presos a Boeçio Severino y a Simaco su suegro por falsas accusaciones de Opilion, y gaudençio que depusieron dellos q. favorecian las partes del Emperador Iustino, o por sospecha q. tuvo dellos q. deseavan la [li]bertad de Italia, y despues los mato con otros varones illustres. Con cuya muerte puso gran mancha en las cosas de su vida. Y aun dize Procopio q. gano la muerte porque 98 dias despues q. los hizo matar le pusieron en la mesa una gran cabeça de un peçe para cenar, y en viendola, le pareçio la propria de Simmaco recien muerto, y q. le mostrava los dientes y le mirava con ojos espantables y amenaçadores. Y cobro tan gran temblor y temor, q. se fue luego como pudo a la cama y conto al medico Elipio lo que avia visto, y tuvo gran dolor de aver cometido tan grande tyrania contra tales hombres, sin aver primero averiguado juridicamente la verdad y tal accidente le vino q. murio poco despues. Primero q. muriese hizo llamar a los Condes y otros grandes varones, y propusoles como el no dexaba hijo varon alguno, y como era su voluntad q. su hija Amalasunda le sucediese en el Reyno, y despues della Atalarico hijo della y de Viterico ya muerto y abria el niño diez años y encomendoles a todos el amor del Senado y la concordia con el Emperador de Constantinopla y con esto murio, no con tambuen remate de vida como avia començado y mediado, por se aver apartado del cortejo de los buenos tiranicamente [ojo ojo a la plana antes desta Ɵ y dize S.].

La reina Amalasunta en la Crónica de Núrenberg.

La reina Amalasunta en la Crónica de Núremberg [Wikipedia].

[1] Se refiere a la isla Vulcano, una de las Islas Eolias, archipiélago volcánico al norte de Sicilia. El aludido es Teodorico, según lo refiere Illescas, Historia pontifical y católica, 141. La fuente, sin embargo, es Antonino, Historiarum secunda pars; obra en tres partes, cuya segunda, precisamente, hoy no existe en el Archivo. Tampoco existen el Procopio ni el Casiodoro que cita insistentemente; Jordanes sí, pero en edición moderna de Nisard.

[2] La forma griega es Ἀμαλασοῦνθα, coincidente con la latina Amalasuntha, que trae Antonino. Jordanes pone Amalasuentha.

[3] Jordanes (VI), funcionario e historiador. La forma Iornandes es desaconsejada.

[4] La frase es de una epístola de Cicerón: te pido que atiendas mi preocupación.

 

Plana alusiva a Boecio, al final de la obra.

Plana alusiva a Boecio, al final de la obra.


Graece et latine: lenguas clásicas en el Rosario.

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Es común, a fuer de cierto, que las lenguas griega y latina son los pilares de nuestra civilización. No menos cierto afirmar que no se puede conocer una con prescindencia de la otra: hace falta un conocimiento, siquiera ligero, de ellas para orientarse en la cultura occidental y, aún más, para aprovechar y avanzar en cualquier clase de estudio.
En vista de tan sensatas consideraciones, el Archivo Histórico ofrece sus cursos de lenguas clásicas. Que también, dicho sea de paso, son útiles para leer el catálogo de una biblioteca antigua, como la existente en la Universidad del Rosario.
He aquí la información:

Cursos


Certámenes académicos. Documentos.

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En una institución centenaria, no es hiperbólico decir que cada rincón tiene su historia. El sello de un rector, el trayecto de una escalera, la leyenda de una placa. Ahora la incógnita provenía de un cuadro colgado en Rectoría, cuya cartela reproduce parte de un texto latino (podemos afirmar que el Rosario era bilingüe español-latín).

2

Se nos encomendó precisar el sentido de la leyenda, cuyo principal enigma eran las tres monumentales siglas O. D. C.

Más sobre los certámenes académicos.

En estas páginas ya dijimos algo sobre el tema. Se trataba de unas conclusiones para optar el grado en Derecho canónico, cuyo original ya había reproducido la investigadora María Clara Guillén. Había allí datos sobre el oferente, Marcelino Castro; pero nada de la sigla.
Por el puntaje de las letras, parecía radicar allí la información más importante del documento: el grado obtenido. Mucho tiempo “virtual” se empleó en comprobar dicha hipótesis. Ni un solo diploma o papel universitario ponía algo parecido.
Contra la hipótesis militaba un hecho sintáctico: repasando el texto del documento, no había verbo que explicara el dativo con que principia la leyenda.
La pista correcta resultó de una búsqueda de los papeles referentes a Marcelino Castro. Apareció el original de la cartela, más un documento en español con la intrigante sigla.
Lo de "apacionado" se lo pasamos; la diplología "de de", no tanto. Más raro resulta lode Arismetica, tratándose de un documento de 1821.

Lo de “apacionado” se lo pasamos; la diplología “de de”, no tanto. Más raro resulta lo de Arismetica, tratándose de un documento de 1821. Dicha forma ya era escasa en el s. XVI, según datos de CORDE, RAE.

Resultaba, pues, que la sigla funcionaba lo mismo en latín que en español. De aquí se llegó rápidamente a “ofrece, dedica, consagra”, en latín offert, dedicat, consecrat.
El dato quedó plenamente comprobado. No obstante, sigue llamando la atención que, en dedicatorias de libros, la sigla no tiene el destaque tipográfico que le dan en los asertos.
Veamos, pues, la invitación al aserto de Marcelino Castro. Documento que, por su tamaño, nos hizo pensar en que se trataba de un diploma:

DSC00331

A la universidad,

dotada de la dignidad pontifical,

distinguida con el nombre dulcísimo del Ángel de las escuelas,

maestra de muy notables doctores

y adorno de nuestra República,

Marcelino Castro

ofrece, dedica y consagra

un certamen público,

moderado por el señor doctor Tomás Tenorio,

en que defenderá el título XXIX, libro I, de las Decretales de Gregorio IX.

En latín clásico, abs ocurría antes de te y alguna otra consonante; nunca antes de erre.

En latín clásico, abs ocurría antes de te y alguna otra consonante; nunca antes de erre.

Otras muestras de la sigla:
Graeciae Antiquae tabulam (...), por Nicolas Sanson, 1636. Fuente: http://www.swaen.com/

Graeciae Antiquae tabulam (…), por Nicolas Sanson, 1636. Fuente: http://www.swaen.com/

odc 2

 

Jaime Restrepo Z.,

Elkin Saboyá R.,

Archivo Histórico.



Leopoldo López, letras nariñenses.

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Leopoldo López Álvarez (Pasto, 1891-1940) se cuenta entre los excéntricos que se dio el lujo de vivir en un museo. Obra que, prosaicamente, se repartieron sus parientes, según parece.
En el centro, portando la condecoración. Fuente: Universidad de Nariño.

En el centro, portando la condecoración. Fuente: Universidad de Nariño.

A la rareza de traducir autores clásicos sumó la peregrina idea de montar una imprenta de tipos griegos.
Abogado por la Universidad de Nariño, su formación elemental la debió a los jesuitas. Ejerció su profesión, además de colaborar en academias y periódicos. Fue miembro de la Sociedad de Americanistas de París, desde mayo de 1932. Participó en el proceso de creación del departamento de Nariño, verificado en 1904.
Su corta vida privada tuvo los siguientes rasgos: hijo de cura (dispensado por la Santa Sede), detalle que objetó la familia de una prometida; catedrático recordado por sus discípulos; primer nariñense en recibir la Cruz de Boyacá (12-10-1939); traductor los últimos años de su vida, abreviados por el alcohol*.
Alcanzó a recibir homenajes en vida. Luego, el Banco de la República inauguró, en 1984, un centro cultural con su nombre, en su natal Pasto.  En la página se lee:
El Centro Cultural Leopoldo López Álvarez debe su nombre a “un estudioso sistemático e investigador incansable”, hijo insigne de Pasto, quien obtuvo su título de abogado de la Universidad de Nariño en 1918 y se desempeñó como magistrado del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Pasto, entre otros importantes cargos. Fue maestro de derecho, de historia universal y literatura. Tradujo al castellano La Eneida, Las Églogas y Geórgicas de Virgilio (1936), La Ilíada, La Odisea y Los Himnos de Homero (1938) y las Siete Tragedias de Esquilo (1939). En su pasión por coleccionar antigüedades y objetos valiosos, reunió una colección de más de 220 obras de pintores famosos.

Su obra de traductor.

En la biblioteca tenemos:
edición de 1938. Los himnos homéricos son una colección posterior a Homero.

Edición de 1938. Los himnos homéricos son una colección posterior a Homero.

Uno de los himnos homéricos: a la Tierra.

Uno de los himnos homéricos: a la Tierra.

Para comparación, copiamos la versión de West, en Loeb.

Para comparación, copiamos la versión de West, en Loeb.

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Principio de Odisea.

Principio de Odisea.

Versión de Murray-Dimock, en Loeb.

Versión de Murray-Dimock, en Loeb.

Por donación personal, proveniente del mercado de segunda mano, tenemos:

LLA

Los beneméritos tipógrafos.

Los beneméritos tipógrafos.

Todos tenemos una inclinación heráldica.

Todos tenemos una inclinación heráldica.

Consultando catálogos, completamos la obra:

La Iliada, s. f.

Las siete tragedias de Esquilo, 1939.

 

*Un pastuso traduce a los griegos (1936 – 1939)


Monogramas en Bogotá

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Seguramente, la idea que muchos tienen sobre el latín se relaciona con alguna inscripción. No hace falta ir a Europa para encontrarlas: aquí en Bogotá hay bastantes, ya recogidas en libro.
Dentro del estudio de las inscripciones públicas (epigrafía), hay una sección llamativa y poco estudiada: la de los monogramas.

¿Monograma?

Monograma es, apelando a la etimología de urgencias, una escritura singular. Efectivamente, el recurso de registrar nombres con dos o más letras se conoce con dicho nombre; es decir, una especie de abreviatura, sin punto. Las abreviaturas sirven por la comodidad al escribir, los monogramas quieren simbolizar: son una suerte de ideogramas.
El uso es antiguo, al parecer desde que se acuña moneda. Allí aparecen abreviados los nombres de las ciudades.
Fuente: Museum of Fine Arts, Boston; mfa.org

Octóbolo de Clazómenas, IV a. C., donde se ve el nombre de la ciudad y otro monograma (Leukaios – KLA, en el reverso). Fuente: Museum of Fine Arts, Boston; mfa.org

Monogramas religiosos.

Muy corrientes son los de nombres religiosos. En el Archivo Histórico, tenemos muestras del cristograma que usaba fray Cristóbal de Torres en sus libros (Cristo-bal, portador de Cristo). El arzobispo usaba Xp (chi – rho), letras con que principia Cristo, en griego (Χριστός, Christus).
Xptobal.

Xptobal de Torres, marca de propiedad de los libros del fundador, en la biblioteca antigua.

 

Si Xp vale Cristo, IHS vale Jesús (Ἰησοῦς). Muchos han tomado el anagrama, leyéndolo con valores latinos, y procediendo a explicarlo con frases curiosas (in hoc signo uinces, etc.). ¿Prueba de que Graece, non legitur?
Hace poco nos topamos con un anagrama mariano, cerca del Rosario. En su forma más simple, solo contiene MA. Curiosamente, hay muestras del anagrama deshecho: detrás de MA se leen las restantes a-r-i.

Ma

Formas más complejas ponen MP (μήτηρ, mater) ΘY (θεοῦ, Dei).
Para el estudio de la epigrafía:

Cortázar, R. (1938 ). Monumentos, estatuas, bustos, medallones y placas conmemorativas existentes en Bogotá en 1938.

Escobar, J. (2011). Epigrafía griega en la Universidad Javeriana de Bogotá. En: Studia Philologica Columbiana I.


Lorenzo María Lleras y los idiomas.

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El Dr. Lleras está vinculado a este Claustro por haber sido su alumno y su rector. Como recordatorio de ello, ahora cuelga un cuadro suyo en Rectoría. A propósito del acontecimiento y de la figura del retratado, queremos destacar apenas una parte de su agitada vida intelectual: lo relativo a la enseñanza de lenguas.

Lleras, la política y la lengua inglesa.

A causa de su actividad política como antiboliviano caracterizado, el Dr. Lleras pasó una temporada en los Estados Unidos. Allí aprendió la lengua del país, cuya enseñanza será una de las preocupaciones del resto de su vida.
Sus primeras tareas filológicas (en su capítulo docente) resultan, otra vez, de su constante y activa vida política. Santanderista convencido, va a parar a la cárcel por su terca oposición al gobierno del señor Márquez (1837-41). En Las Aulas, entre versos y papeles políticos, se aplica a enseñarles Inglés a los presos. Sobreseída la causa, va a parar a Ibagué, desterrado. Por esas mismas calendas, en 1837, se le nombra catedrático de Lengua inglesa en este Colegio.

1837

En agosto de 1843, siendo presidente Herrán, se encarga de la rectoría del Rosario.
En un informe de 1843:

En un informe de 1843: Creo que se ha hecho un positivo bien a la juventud estudiosa (…); bien que se ha hecho igualmente a la patria, por que, por este medio, podrán difundirse mas pronto unos conocimientos indispensables á los granadinos en sus presentes circunstancias políticas i comerciales.

Dirige, pues, este Colegio por más de dos años. Sirvió el puesto hasta el 31 de diciembre de 1845.
Curiosa muestra del escrutinio para catedráticos de 1854. Lleras queda para Inglés y Francés.

Curiosa muestra del escrutinio para catedráticos de 1854. Lleras queda para Inglés y Francés.

Para cerrar el capítulo rosarista, compartimos la elección para consiliario primero, en 1866:
De pronto la ortografía "conciliario" sea más recomendable. Ya veremos...

De pronto la ortografía “conciliario” sea más recomendable. Ya veremos…

Empresa educativa.

El Dr. Lleras se separó de la rectoría del Colegio para fundar su propio instituto, el Colegio del Espíritu Santo, en 1846. Legalmente, deben considerarse estos hechos: Mosquera había autorizado los colegios privados para ofrecer cursos preparatorios para optar grados, en 1845. Poco después, Rufino Cuervo echó todo atrás, en 1847, con normas de rígido centralismo educativo. La anormalidad duró hasta la vuelta de Mosquera, en mayo del 48. Corta mejoría, en vista de las reformas de López, en 1850, relativas a la anulación de grados. Golpe mortal, se entiende, para la salud del instituto.
En lo teórico, Lleras usaba el método Robertson, junto con las novedosas doctrinas de Pestalozzi.

En lo teórico, Lleras usaba el método Robertson, junto con las novedosas doctrinas de Pestalozzi. Tomado de Curso de lengua italiana. Escrito con arreglo a las bases del método de Mr.  Robertson. Madrid, 1843.

En el plano económico, la empresa del Colegio fue propia de Lleras, y a debe. Las entradas por concepto de matrícula nunca fueron suficientes ni oportunas. El barco se hundió cuando el dueño remató todo, a mitad de precio. El 30 de abril de 1852, según se ve por un aviso de El Eco de los Andes, su dueño ofrece “en venta los edificios, mobiliario, máquinas, etc.”, por la mitad de su valor.
Entre los alumnos del Colegio figura Jorge Isacas

Entre los alumnos del Colegio figura Jorge Isaacs, quien en su novela hizo recuerdo del instituto. Por allí también pasaron los dos Pérez, Santiago y Felipe. Aquí, los certámenes para 1846.

Empresa meritoria la del Dr. Lleras, lamentada cuando desapareció por escritores de ambos partidos.
En los mismos certámenes de 1846, también como catedrático de Castellano.

En los mismos certámenes de 1846, también como catedrático de Castellano.

 

La nota es de 31-10-1850, Crónica del Colegio del Espíritu Santo:

La nota es de 31-10-1850, Crónica del Colegio del Espíritu Santo. El profesor Jones enseñó Inglés y Matemáticas. No hemos podido confirmar que enseñara Griego.

 

Programa para 1844.

Programa para 1844.

 

Catecismo de inglés.

Catecismo de inglés, con el título Elementos de pronunciación, prosodia y ortografía de la lengua inglesa, 1840. Del mismo autor, existe un Catecismo de agrimensura.

 

También traductor, convencido de la utilidad didáctica del teatro.

También traductor, convencido de la utilidad didáctica del teatro.

 

Uno de los órganos del Colegio, el otro la Crónica ensual.

Uno de los órganos del Colegio, el otro la Crónica Mensual.

 

Fuentes:

Buena parte de las obras del Dr. Lleras está digitalizada por la Biblioteca Nacional. Los documentos provienen de nuestro Archivo Histórico. Sobre el Colegio, recomendamos el artículo de Robert H. Davis, Education in New Granada: Lorenzo María Lleras and the Colegio del Espíritu Santo, 1846-1853. The Americas 33(3), 1977; 490-503.


Briceño Jáuregui, constructor de puentes

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Quienes consultamos bibliografía sobre asuntos clásicos no extrañamos encontrar aportes de los hombres de la Compañía de Jesús. En nuestro país descuellan, entre otros, Félix Restrepo y Manuel Briceño.
El padre Briceño se formó en Oxford, para venir a ejercer en la Universidad Javeriana. De ello queda un simpático libro, dedicado a la labor del maestro.
El dibujo es de Osuna.

El dibujo es de Osuna.

Briceño latinista.

De su explicación de la obra de Julio César, queda una explicación de la construcción del puente sobre el Rin, acompañada de gráfica. Revisando ediciones antiguas de César, hallamos que varias traen un grabado sobre dicho asunto.
Edición existente en el Archivo Histórico, sin identificar.

Edición existente en el Archivo Histórico, sin identificar.

Los apuntes de Briceño dicen así:

B3a

Y acompaña la siguiente gráfica:

FN-000006 - copia

FN-000006 - copia (2)

Compartimos, pues, esta muestra del interés de Briceño por quien llamaba “el Gran Capitán”.

Newton censurado: tachar y arrancar páginas

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Ya se habló en estas páginas de la censura a los Opuscula de Newton. A manera de explicación, existe un texto manuscrito, redactado en latín, cuya traducción, después de mucho revisarla, publicamos hoy.

Censor

Ahora la transcripción, acompañada de la versión, no definitiva:
Mihi de hocce opusculo sȩpius injecta religione, primo expurgandum, ab innumeris quibus scatebat erroribus, deinde plurimis chartis mulctandum duxeram, quathenus ita, meram expositionem, legentibus daret. Sed cum subinde novus exoriretur scrupulus, animum instigante ea, quam bullam dicunt in Coena Domini, quod omnis fere Europae subscribere juditio non auderem, bullam hujusmodi iamdu[du]dum explodentis, primo quia non quo ad partes omnes in Hispaniis repugnata, nec ab executione nisi unius vel alterius capitis supplicari, vetustis id attestantibus autoribus; deinde, quia moribus, et usu admissa et aprobata, firmata iam et stabilita, propio utenti consensu videbatur: ergo quandoquidem dissipare Chartas, perniciem toti afferebat volumini, non utique stillum imitere transversum, neque littura perpetua funditus evertere sensum, vel ipsa deformitate libri, quidquam moratus sum. A menudo por escrúpulo religioso respecto de este opúsculo, había tenido el propósito, primero de expurgarlo de los numerosos errores de que estaba lleno, luego de castigarlo en varias páginas; ello con el fin de dar a los lectores una exposición pura. Mas como luego surgiera un nuevo escrúpulo -excitado mi espíritu por la bula que llaman In coena Domini, de que no me atreviera a suscribir el juicio de casi toda Europa, que rechazó hace rato una bula de esta clase-, primero, porque no siendo en las Españas combatida [sc. la obra de Newton] en todas sus partes, no parecía pedirse sino la condena de tal o cual capítulo -según lo atestiguan los autores antiguos-; segundo, porque siendo ya aprobada y admitida por las costumbres, afirmada y establecida, parecía más próxima al consentimiento de los usuarios.

Entonces, como el arrancar páginas estropeaba todo el volumen, me demoré un poco, no por cierto en tachar ni en destruir completamente el sentido, sino por la misma infamia del libro.

Como se ve por la versión, el original es tortuoso, y no explica mucho ni disculpa el proceder del censor. Sin embargo, haciendo de nuestros ojos linternas, como le decía Cuervo a Caro, entendemos lo siguiente:
La citada bula es un tema de investigación en sí. Sin embargo, no hemos hallado mención de Newton y de la bula en texto alguno de investigación. Queda, pues, por aclarar su relación exacta.
Pude leerse en línea, pero no alcanza para lo que nos interesa.

Pude leerse en línea, pero no alcanza para lo que nos interesa.

El escrúpulo del censor parece ser que en Europa ya nadie hacía caso de la mentada bula. Además, que la obra no estaba del todo prohibida, sino ciertos apartes; y parece que no en toda España ni en sus colonias (es el único sentido que le hallamos al plural in Hispaniis). Lo de los autores antiguos es oscuro, y no tenemos esperanzas de entenderlo.
Aquí viene el punto culminante, y no menos embrollado en latín: el censor sabe que está nadando contra la corriente (Newton ya está triunfando); sabe además que su censura es un crimen (de leso libro, si se nos permite); sin embargo, su demora se debe no a ello, “sino a la misma infamia del libro”.
Repitiendo de nuevo nuestras dudas sobre la exposición precedente, dejamos lo hecho para que otros lo mejoren (maneat ea cura nepotes).

 


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